Teresa Jiménez Becerril, ABC, 4/6/2011
¿Para que va a rendirse ETA si su enemigo eterno lo ha hecho ya? Han malherido nuestra Justicia, nuestra dignidad, nuestra unidad y nuestra libertad. Ahora sólo les queda ver pasar el cadáver de lo que queda de España. Y lo harán, aplaudiendo entre amigos, sabiéndose vencedores y riéndose en nuestra cara.
ETA ya no tiene que rendirse, ni tiene que entregar las armas, ni condenar asesinatos, ni pedir mil perdones a sus víctimas, ni nada de nada. ETA, que nunca disimuló, no tendrá por qué hacerlo ni hoy ni mañana. Por no tener, no tendrá ni que negociar o, cuando lo haga, todo será un «lo que usted quiera, señor alcalde», o «a sus órdenes, señor concejal». Nada de mesas secretas, nada de conversaciones en el extranjero, nada de chivatazos negados y descubiertos, nada de mediadores internacionales (los tenemos de casa), nada de comidas a escondidas con amigos etarras de la infancia. Desde ahora, todo a la luz del día y con la cabeza alta, en las tabernas, en las plazas o donde sea, y nada de bajar la voz: con megáfono, que mientras más se enteren de que aquí quien manda es ETA, mejor, por si alguno todavía no se había dado cuenta. Hasta nos proponen al terrorista Otegi, que vive entre la cárcel y el banquillo de los acusados, como lendakari, y ni nos sorprende. Y con este viento a favor, a cerrar esas cosillas de nada, como son poner en la calle a todos los etarras que injustamente tiene todavía presos el Estado opresor, y dejar de importunar a los amigos de los que mandan en municipios y diputaciones. Y tiene su lógica: cuando los negociadores se sienten a terminar lo ya empezado hace años con Zapatero y su Gobierno, los terroristas les dirán: «Si ya habéis hecho lo más difícil y la gente se lo ha tragado, ya puestos… doctrina más, sentencia menos y liquidamos esto en un abrir y cerrar de ojos».
¿Para que va a rendirse ETA si su enemigo eterno lo ha hecho ya? Han malherido nuestra Justicia, nuestra dignidad, nuestra unidad y nuestra libertad. Ahora sólo les queda ver pasar el cadáver de lo que queda de España. Y lo harán, aplaudiendo entre amigos, sabiéndose vencedores y riéndose en nuestra cara. ¿Y para este viaje necesitábamos tantas alforjas? ¡Pues sí señor, las necesitábamos! Porque somos muchos los que seguimos soñando con aquello que Zapatero, el TC , Bildu y sus miles de votantes nos han quitado, que no es otra cosa que los derechos y valores por los que murieron tantos. Ellos dieron su vida para que nosotros no tuviéramos que agachar la cabeza y vivir con miedo, pero no sabían lo difícil que resultaría en España vivir con honra.
Y ahora que no empiece Rubalcaba con sus declaraciones sobre la lucha implacable contra ETA. Ni el PSOE a vendernos a su nuevo-viejo candidato don Alfredo como el que acabó con ETA, cuando los expertos antiterroristas europeos, desde Europol, nos dicen que las posibilidades de que ETA deje de matar son muy escasas, y que fueron recaudados más de tres millones de euros gracias a la extorsión durante estos seis meses en el País Vasco. Se ve que quien llevaba la lucha-negociación los quería dentro para poder entenderse con ellos sin esconderse. Que Patxi López deje de airear el cambio en el País Vasco, cuando lo que han traído es la vuelta del terrorismo político protegido por las armas. Por favor, todavía no, por respeto a las víctimas, que tanto han batallado para evitar lo que ya no podremos cambiar. Por favor que se callen, que esperen a que se nos haya pasado el disgusto de comprobar que ETA ha ganado lo que no merecía en estas elecciones.
Teresa Jiménez Becerril, ABC, 4/6/2011