GORKA MANEIRO – DIARIO 16 – 05/02/17
· Parece que sí. Salvo sorpresa mayúscula y derrota de Albert Rivera y su equipo, cosa poco probable, Ciudadanos abandonará formalmente este fin de semana la socialdemocracia, el socialismo democrático y el laicismo identitario y, en su lugar, abrazará los términos “constitucionalismo” y “liberalismo progresista”.
Además, dejará de considerarse un partido de centro izquierda, limitará las primarias, endurecerá la disciplina interna, borrará su origen catalán y decidirá si entra en gobiernos de coalición. Siendo todo ello importante, lo más relevante es, en mi opinión, el giro ideológico y el abandono de la socialdemocracia como uno de los principios e ideas que todavía le definen (al menos teóricamente), consecuencia de lo cual miles de militantes y votantes de la formación naranja, especialmente en Cataluña, puede que pasen a engrosar la ya larga lista de huérfanos políticos que no deja de crecer desde hace más de un año.
Más allá de los hechos comprobables, se lo estamos escuchando a sus principales representantes y dirigentes durante los últimos días: Ciudadanos pretende contraponer su liberalismo al conservadurismo del PP y pelearle el terreno del centro derecha al partido que refundó Aznar. Es una opción como cualquier otra aunque una opción ciertamente arriesgada.
Así, decide abandonar la socialdemocracia, el laicismo identitario y el socialismo progresista, buscar el voto de los “nacionalistas moderados” y disputar el centro y el centro derecha al PP. Es cierto que lleva tiempo caminando por esas aguas, pero este fin de semana lo oficializa en su Asamblea, razón por la cual los miles de socialdemócratas que habiten en Ciudadanos puede que se sientan fuera del partido al que pertenecen desde sus inicios. O no, nunca se sabe.
En todo caso, es, y alguno lo ha señalado acertadamente, una especie de refundación: “este Ciudadanos no es el Ciudadanos que nació en Cataluña hace más de diez años”, dicen. O por lo menos decide modificar los principios teóricos recogidos en su ideario y ocupar otro espacio. Y esta decisión no es una decisión menor. Y traerá consecuencias. Sobre todo porque hay quienes piensan que los principios no se cambian por intereses electorales; y que si se cambian, es que no eran principios. Aunque, la verdad, nunca se sabe. Y Ciudadanos sabrá lo que hace.