Abascal llama a la libertad en su adiós político

EL CORREO 13/04/14

· Los populares arroparon al líder de Ayala en un acto en el que Quiroga se encontró con la militancia alavesa y pidió a Urkullu una «línea clara entre víctimas y agresores»

El veterano dirigente del PP alavés Santiago Abascal se despidió ayer de sus compañeros en un emotivo congreso comarcal, el sexto, que se celebró en pleno corazón de Ayala, junto al palacio del Canciller, en Quejana, arropado por los máximos responsables de su partido. El acto sirvió para elegir, con el respaldo unánime de todos los compromisarios, al nuevo representante del PP en Ayala, Joseba Elejalde, que tomará el relevo tras los 33 años de su predecesor en el cargo. Abascal anunció que mantendrá su militancia y seguirá como juntero hasta las elecciones del próximo año. A partir de entonces, «me dedicaré a disfrutar de mi familia», avanzó.

Durante su intervención, recordó a las víctimas de ETA, los 16 años «que llevo escoltado» y que ha sobrevivido a «cuatro intentos de asesinato y 103 actos de terrorismo contra mi familia, mi negocio y mis caballos», su pasión. Tuvo un agradecimiento especial para su hijo, Santiago Abascal Conde, fundador de Vox, que acudió al congreso acompañado de sus hijos, «con el que he trabajado codo a codo durante 20 años en el partido».

Abascal explicó que «mi negocio ha sido la oficina del PP y allí he recibido a cientos de personas para hablar de carreteras o de bienestar social y luego llevaba esos temas a la Diputación». Confió en que «mis nietos puedan vivir con la misma libertad de que la disfruta aquí el nacionalismo», algo que «yo no veré» porque «ETA no ha dejado las armas, ni ha pedido perdón ni ha restituido el daño».

Para Abascal, el PP es «el campeón de la democracia» y señaló el «desafío de Cataluña» como un oportunidad para «hablarles de la historia común, de los afectos y de nuestros lazos familiares, que son los que vertebran una nación. Porque hay cosas que no se negocian; ni la libertad ni la unidad de España».

Coraje
La presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga arropó a los cargos alaveses de su partido recordando que en Ayala, como en Gipuzkoa, ETA se ensañó porque «sabían que había gente dispuesta a darlo todo». La líder conservadora exigió al Gobierno vasco que «trace una línea entre las víctimas y sus agresores porque «la democracia solo puede crecer desde la verdad», al tiempo que señaló que «hemos dado un ejemplo que no se puede pervertir».

«Los vascos no somos un problema», añadió Quiroga, agradeciendo la «lealtad» de Abascal, «una referencia» para el PP vasco. Durante el acto, en el que no hubo rastro de la dura pugna interna habida con el sector alavés tras la sustituición de Iñaki Oyarzábal como ‘número dos’, la dirigente popular se fotografió también con Santiago Abascal Conde, que ahora comanda Vox, partido que compite por el electorado más conservador.

Por su parte, Alfonso Alonso, presidente del PP alavés, ponderó la «tenacidad» de Abascal y «su carácter fuerte pero amable». Puso el acento en «la intolerancia del nacionalismo cuando se radicaliza, que siempre trata de dividir y quebrar la sociedad», y se refirió al PP como «una garantía de estabilidad política de defensa de la integridad del País Vasco y de España». Alonso recordó las dificultades del PP «cuando teníamos dos concejales en Vitoria y una enorme soledad», pero agradeció a Abascal que consiguiera «que este partido fuera una referencia en Álava».