ABC – 19/03/17
· Belgacem, francés de origen magrebí abatido por el Ejército, se habría radicalizado en la cárcel.
· La seguridad francesa tiene fichados a unos siete mil sospechosos de radicalismo islámico en la periferia de París, pero no siempre es fácil controlar sus pasos.
Atreinta y cinco días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, uno de los siete mil sospechosos de yihadismo residentes en los suburbios de París volvió a sembrar el miedo en toda la nación al grito de: «¡Estoy aquí para morir por Alá!». Eran las 8.30 horas de la mañana, cuando Ziyed Ben Belgacem, francés de origen norteafricano de 39 años, irrumpió en el aeropuerto de Orly (sur) y atacó por sorpresa a una soldado integrante de una patrulla de vigilancia, poniéndole un revólver en la sien, arrebatándole su fusil automático de las manos y gritando: «¡Todo el mundo al suelo! ¡Estoy aquí para morir por Alá! ¡Habrá muertos!».
Tras un segundo de duda, sorprendidos, los dos soldados del Ejército del Aire compañeros de la mujer amenazada –las patrullas militares contra el terrorismo están integradas en Francia al menos por tres soldados– reaccionaron con rapidez y profesionalidad, y abatieron a tiros al atacante. De los tres –a veces cinco– integrantes de las patrullas, al menos uno lleva permanentemente el arma montada y el dedo en el gatillo. Comprobaron en primer lugar que el terrorista había sido neutralizado, murió casi en el acto, y mientras solicitaban refuerzos y daban cuenta a sus superiores, comprobaron que, además del revólver, el hombre llevaba un recipiente con gasolina en una mochila.
En las inmediaciones, el público se preguntaba si estaban asistiendo al rodaje de una película o a un «entrenamiento». Pero no hubo tiempo para especular mucho, pues todos fueron rápidamente desalojados bajo alerta terrorista.
Un lobo solitario
Ziyed Ben Belgacem, el yihadista abatido, al parecer un lobo solitario con ansias asesinas, estaba fichado desde hace años por una decena de robos a mano armada y por tráfico de drogas, según comprobó la Policía. Su domicilio fue registrado en 2015, en el marco de varias operaciones antiyihadistas, sin que se hallasen en su poder documentos u objetos comprometedores. Estuvo en la cárcel en repetidas ocasiones por delitos menores. La última, entre marzo y noviembre del año pasado. Y allí pudo «radicalizarse»: ese es el proceso con el que la Policía suele relacionar a los lobos solitarios que pasan de la delincuencia común al yihadismo tras estar en prisión.
¿Actuó solo efectivamente, o tenía cómplices el hombre muerto a tiros por los soldados del Ejército del Aire?
En el curso de sus investigaciones, la sección antiterrorista de la Fiscalía de París detuvo ayer por la mañana a tres sospechosos, el padre del terrorista, un hermano y un primo. El padre aseguró que Ziyed Ben Belgacem lo había llamado horas antes para confesarle que «había cometido una locura». En el domicilio del yihadista, la Policía solo descubrió droga y documentos de diversa índole no relacionados con el terrorismo islámico.
ABC – 19/03/17