Abstenérselas tiesas…

TEODORO LEÓN GROSS – EL MUNDO – 30/10/16

Teodoro León Gross
Teodoro León Gross

· Contra la creencia común, cabe pensar que el PSOE no va a ser un aliado sumiso del PP, un socio implicado en la gobernabilidad del que Rajoy disfrutará para sumar mayorías por goleada, como se le retrata en las caricaturas de quienes, decepcionados por el abandono del noesnoísmo, vaticinan una legislatura de sadomaso parlamentario.

Y no porque ese colaboracionismo no pueda ser la opción más sensata, e incluso lo mejor para España. Simplemente porque el PSOE no está preparado para eso. La inercia es muy poderosa. En definitiva la política, como sostiene Kate Millet, tiende a la repetición. Y modular estrategias poliédricas, combinando síes y noes, apoyos y hostilidad, requiere la flexibilidad de una buena inteligencia política. El PSOE va a abstenérselas tiesas con el PP.

La falta de inteligencia precisamente convirtió la votación de ayer en un drama. Puede parecer absurdo –la verdadera anomalía europea hubiera sido no dejar gobernar a 170 sin existir alternativa viable–, pero la abstención se ha materializado como un trauma agónico, agudizado por el sanchismo al sacralizar ese voto como un deshonor calderoniano. Las causas profundas emanan de dos décadas invirtiendo en odio al PP. De ahí el amargo gesto de desesperación de muchos diputados socialistas al votar como si dieran un salto al abismo sin ver el fondo.

El PSOE, y ayer pudieron verlo cara a cara, encara otros lastres profundos para reconstruirse más allá de la abstención a Rajoy. Sobre todo su identificación sentimental con el nacionalismo. El zapaterismo cometió errores que el sanchismo ha periclitado. Tal vez no sea mala noticia para el PSOE que la sesión de ayer ponga distancia con el PSC. La Alianza de Progreso de Iceta con Colau/Podemos apunta al abandono de la casa común asumiendo su tendencia a la insignificancia en Cataluña.

El PSOE, por demás, habrá de asumir que su problema ahora es Podemos más que el PP, y eso es una ventaja para el PP y también para Podemos. Moncloa a menudo verá rebajada la tensión porque el PSOE tendrá que marcar a P’s, erigido en La Única Oposición. Ayer ya lo escenificaron Iglesias, Garzón en Twitter, Rufián en plan Django desencadenado… forzando la lógica izquierda-derecha de la vieja política, en la que ellos son la única izquierda y los demás una triple alianza mafiosa golpista, léase la derecha.

El multipartidismo, en realidad, inaugura un nuevo escenario tras la investidura: la multioposición. Más allá del eje izquierda-derecha, e incluso vieja-nueva política, habrá dinámicas más articuladas: PSOE vs PP y P’s; y P’s vs PP y C’s y también PSOE; C’s vs P’s, a veces PP…. y el PP a resistir polarizándose vs P’s. De la guerra de trincheras del bipartidismo a la guerra de guerrillas. Podemos tendrá la ventaja de moverse en el sistema y fuera de él, y el PP disfrutará del BOE. En cambio, PSOE y C’s tendrán un rol más difícil, y el PSOE además con la aluminosis moral del narcisismo desbocado de los sanchistas incluso en un día crítico como ayer.

En todo caso, en ese escenario de guerrillas en multioposición, todos arrastran debilidades serias: el primer partido, un horizonte penal con la corrupción muy corrosivo; el segundo partido, roto y sin liderazgo; el tercero, con divisiones y esquizofrenia antisistema; el cuarto, con problemas de identidad; el quinto ya no existe; el sexto, decidido a salir del carril del Estado de Derecho… Un panorama de pesadilla para un país todavía en crisis, con un paro abismal y pobreza elevada, vigilado por la UE, que necesita una agenda muy seria de grandes reformas.

TEODORO LEÓN GROSS – EL MUNDO – 30/10/16