El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no se reunirá con ninguna autoridad del Parlamento ni de la Comisión Europea durante su viaje a Bruselas, el 24 de enero, para defender en una conferencia el referéndum independentista de Cataluña. Fuentes de los organismos comunitarios negaron ayer que haya prevista ninguna cita con Puigdemont y desde el Govern aseguraron, en paralelo, que desde la Generalitat tampoco se ha intentado cerrar ninguna.
Puigdemont, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el responsable de Exteriores del Govern, Raül Romeva, pronunciarán una conferencia en el Parlamento invitados por los eurodiputados soberanistas Josep-Maria Terricabras, Jordi Solé –ambos de ERC– y Ramon Tremosa –CDC– con los recursos de sus grupos, pero no por la Eurocámara en sí.
Aunque el cartel que anuncia la conferencia va acompañado del sello oficial de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (Alde), marca bajo la que se sitúa el representante de la antigua CDC, fuentes oficiales desvincularon al grupo de cualquier relación con la convocatoria de la conferencia, «su organización o su financiación», especificaron.
El coloquio de los tres representantes del Govern tendrá lugar en una de las salas del edificio y todavía se desconoce quién acudirá.
El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, que hasta hace unos meses era el representante permanente de España ante la UE, aseguró ayer que el Gobierno no va a permanecer de brazos cruzados ante la campaña en favor del referéndum de las autoridades catalanas. «Nosotros vamos a explicar por nuestra parte cuál es el orden jurídico en España y cuál es la situación y vamos a hacer frente a cualquier intento para justificar algo que desde el punto de vista jurídico no es justificable», explicó ayer a su llegada al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE.
A finales de abril del año pasado, Puigdemont acudió por primera vez desde su nombramiento a la capital comunitaria. Entonces sus propuestas de reunión fueron rechazadas por el presidente Jean-Claude Juncker y sus comisarios, así como por el presidente ahora saliente de la Eurocámara, Martin Schulz. Su visita se limitó a encuentros con autoridades flamencas, con las que el nacionalismo y el independentismo catalán mantienen excelente trato. Se vio con el presidente de Flandes, Geert Bourgeois, y con el presidente del Parlamento Federal de Bélgica, Siegfried Bracke, así como con varios alcaldes flamencos.
Las fuentes consultadas indican que, esta vez, sus equipos no han tratado de concertar esos encuentros y que el viaje consiste sólo en el acto del Parlamento, a pesar de que acuda la plana mayor del Govern.
La posición de la Representante Permanente de España ante la UE, delegación que cuenta con casi 300 personas, es decisiva para que el Gobierno contrarreste los mensajes de Cataluña en Bruselas. Estos llegan con visitas oficiales o a través de su propia representación, encabezada por Amadeu Altafaj, un veterano de la política europea y ex portavoz comunitario. Altafaj explica a EL MUNDO que su equipo «no organiza la agenda», porque «de hecho es muy sencilla: vienen a un acto organizado por tres eurodiputados».
Ayer mismo, desde Ciudadanos y el PP se denunciaba el acto de «propaganda» planeado por el Govern y se le afeaba que no participe en la Conferencia de Presidentes.