Editorial, EL MUNDO, 2/4/12
LA NEGATIVA del Gobierno de Mariano Rajoy a dar los pasos que ETA esperaba inmediatamente des- pués de su anuncio de alto el fuego «permanente» ha llevado a Batasuna a trazar una nueva estrategia plasmada en un documento que hoy desvela EL MUNDO. Con el lenguaje que le es habitual, la formación ilegalizada se dispone a lanzar una «ofensiva integral» en este 2012 para presionar al Estado con el fin de evitar que «el proceso» se quede en una simple «solución técnica». El documento asegura asimismo que la única garantía para que «no se repita el conflicto» es la «solución global» planteada por los mediadores internacionales en la esperpéntica conferencia de paz de Ayete. Los pasos del nuevo desafío al Estado son la resurrección de Udalbiltza –la organización de electos radicales que fue ilegalizada en tanto que instrumento al servicio de ETA– y el control de la organización de eventos para manipular en beneficio de la mitología radical el 75 Aniversario del bombardeo de Guernica o el quinto centenario de la conquista de Navarra por parte de Castilla. Este diario ya informó hace unos días de la campaña perfectamente diseñada para promocionar el sentimiento antiespañol y alentar el mito de la unificación vasco-navarra.
El documento de Batasuna viene a confirmar lo que ya se veía muy claro en la estrategia de Bildu y Amaiur, las formaciones con representación parlamentaria en los ayuntamientos vascos y en el Congreso. La mal llamada izquierda abertzale, una hidra con muchas cabezas, se prepara para las próximas elecciones vascas –el TC ya ha anunciado que la sentencia sobre Sortu se conocerá pronto– en las que dará la batalla definitiva para el asalto al poder en el País Vasco. Y lo hará con los mismos postulados de la Alternativa KAS, pero sin pedir a ETA que se disuelva y entregue las armas. El documento sugiere que la banda no desmantelará sus estructuras mientras las Fuerzas de Seguridad no salgan del País Vasco, por lo que se propone presionar desde la calle a Rajoy para que no haya «controles ni persecuciones». Sin duda lo más inicuo de la estrategia de Batasuna es su referencia a las víctimas. No sólo no se les pide perdón por los crímenes cometidos, sino que exige que el Estado reconozca «todo el sufrimiento» que han «soportado» los etarras y sus cómplices.
Del documento se desprende cierta impaciencia por parte de la formación ilegalizada ante la actitud firme del Gobierno de no mover ficha hasta que la banda se disuelva. En este sentido, Mariano Rajoy está actuando de forma correcta. Mucho más preocupante resulta la actitud que mantienen el PNV y el PSE. Batasuna presume de que los nacionalistas y los socialistas se están uniendo a muchas de sus reivindicaciones sobre los presos y la negociación política. El PNV, particularmente, está en una grave encrucijada, ya que hay posibilidades reales de que la izquierda abertzale le desbanque como primera fuerza política en las próximas elecciones autonómicas. Los socialistas vascos, por su parte, intentan desesperadamente huir de una severa derrota a base de rentabilizar el anuncio de alto el fuego permanente. De ahí que Patxi López abogue por el acercamiento de presos y presione para que el Supremo excarcele a Otegi. El último movimiento es la visita de Eguiguren al ex líder radical en la cárcel de Logroño. Con ello contribuyen de forma irresponsable a dar alas a esta «ofensiva integral» contra el Estado.
Editorial, EL MUNDO, 2/4/12