Manuel Tello-El Correo
- El fallo de Pedro Sánchez fue querer llevar su guerra con Feijóo a Galicia y, después, abandonar a su suerte a su candidato
Esta vez las encuestas, salvo la del CIS de Tezanos, acertaron. Los votos, excepto la excentricidad de Democracia Ourensana (DO), tuvieron la misma distribución que los que obtuvo la candidatura de Feijóo en 2020. Sin el partido DO, el PP habría tenido 41 o 42 diputados (en las anteriores, 42) y la suma del Partido Socialista y del BNG, 33 o 34. ¿Dónde está la diferencia? En las distribución de diputados: el PSOE perdió 5 o 6, según se mire, después o antes de tener en cuenta el voto exterior, y el BNG pasó de 19 a 25 escaños. Por tanto, el número total de parlamentarios para las dos formaciones que aspiraban a desbancar al PP no cambió.
Para entender lo que ocurre en Galicia hay un factor fundamental, cuyo análisis nunca se ha hecho bien. De las tres comunidades autónomas que tuvieron una fuerza nacionalista en la República, el de Galicia fue un partido conservador nacido del mundo intelectual y con poca implicación en las zonas rurales, donde habitaba la mayoría de la población.
Al llegar la democracia, en Cataluña y el País Vasco se recupera el nacionalismo conservador y se consolida, en ambas comunidades, un partido nacionalista de izquierda. En Galicia, todos los intentos de recuperar el nacionalismo conservador, por diversas causas, fracasaron. De forma tardía se consolida un partido nacionalista de izquierda, de corte extremista para la mentalidad de la ciudadanía de Galicia.
Por tanto quedaba libre el espacio del nacionalismo conservador, sin planteamientos extremistas y capaz de entrar en el mundo rural. Un nacionalismo que no negara la integración en España. De esto se da cuenta Fraga cuando decide ir a su tierra aspirando a gobernar. Adapta el PP de Galicia a las exigencias que requiere esa especie de nacionalismo conservador. Esto es lo que le hizo triunfar a él y posteriormente a los cuatro gobiernos de mayoría absoluta, incluyendo el que tomará posesión dentro de un mes.
Teniendo en cuenta la especial idiosincrasia de los votantes gallegos, para las recientes elecciones había que preparar el mensaje adecuado para ellos. El primero que lo entendió claramente fue el BNG y su candidata. Por un lado, se ofrece a los ciudadanos como un partido que va a mejorar la vida de los gallegos con un determinado programa. Por otro, busca que Galicia sea respetada por el Gobierno de España con el fin de conseguir mejoras sustanciales (económicas, políticas) para la comunidad. Este planteamiento, al rebufo del poder en Madrid y teniendo en cuenta la necesidad de contar con sus votos, no tiene límite.
Los resultados de Sumar se pueden considerar un gran fracaso de la vicepresidenta
Por otra parte, estaba el PP gallego, que también manejó un mensaje parecido en lo que se refiere a su trabajo por mejorar las condiciones de vida de los electores olvidando la política nacional. Sin embargo, inició su campaña introduciendo, queriendo o sin querer, algunos de los temas calientes de ámbito nacional. Pronto se dio cuenta de que ese no era el camino y rectificó, eliminando de sus intervenciones y mítines esas alusiones, dedicándose a hablar de Galicia y del bienestar de los gallegos.
Por otra parte, estaban el PSdeG y los otros tres partidos nacionales que aspiraban a sentarse en el Parlamento gallego: Sumar, Podemos y Vox. El PSdeG, manejado desde La Moncloa, cometió dos errores graves que le llevaron a la mayor derrota electoral de toda su historia. Perder casi la mitad de sus diputados. Los fallos fueron por parte de Pedro Sánchez, llevar la guerra con Feijóo a Galicia, olvidándose de que el candidato era Rueda. Después, plantear temas de debate ajenos a la comunidad que pudieran hacer subir a Vox a costa de los votos populares. De esta forma, el mensaje del PSdeG que llegaba a los gallegos no tenía nada que ver con lo que querían escuchar. Al darse cuenta de que fracasaba, abandonó al candidato a su suerte y llegó a decir que la alternativa de gobierno al PP era el BNG.
De los otros partidos, Vox y Podemos no se enteraron de que las elecciones eran para el Parlamento gallego. y en cuanto a Sumar, se puede considerar un gran fracaso de la vicepresidenta segunda, a la que Galicia dijo ‘no’.
Como conclusión, las elecciones tuvieron dos triunfadores: el PP gallego y el BNG, junto con sus líderes. Y hay cuatro fracasados: los líderes nacionales del PSOE, Sumar, Vox y Podemos. Así se cerró un primer ensayo que, aunque autonómico, tenía una implicación nacional que ahora se intentará mitigar.