Había vías distintas para hacer que las normas forales adquirieran rango de ley autonómica sin recurrir al blindaje. No se ha querido. ¿Para transmitir la idea de que Euskadi se tiene que blindar ante el enemigo exterior que es España?
Avanza el camino para conseguir lo que se ha dado en llamar el ‘blindaje’ del Concierto Económico. Se sigue llamando así, aunque casi todos los que hablan de ello saben que el Concierto está bien asegurado en derecho, y que no necesita ningún blindaje. Lo que se pretende blindar son las aplicaciones que en virtud del Concierto llevan a cabo las Juntas Generales forales. Las posiciones de los partidos políticos, vascos y españoles, ante el blindaje de las normas forales no tienen nada que ver con su posición favorable o no al Concierto, que lo es en todos los casos. Más de un tertuliano debería enterarse de estas cuestiones básicas. También deberían recordar todos que la actual versión de la Ley del Concierto Económico viene de la segunda legislatura de Aznar, en la cual se aprobó, asumiendo casi todas las modificaciones propuestas por las diputaciones forales, es decir, en las mejores condiciones soñadas por los nacionalistas vascos. Y fue el Gobierno de Aznar el que impulsó su aprobación en esas condiciones en el Congreso.
Sería interesante que todos los que hablan del blindaje del Concierto explicaran con suficiente claridad que una cosa es el Concierto Económico que, repito, nadie pone en duda, otra cosa son las aplicaciones concretas en las normas forales, y una tercera distinta el Cupo que anualmente se paga a la Administración general del Estado por las competencias no asumidas. Se puede criticar la cuantía concreta del Cupo y seguir estando a favor del Concierto. Se puede estar en contra de la forma nada transparente y poco argumentada en la que se calcula el Cupo y seguir estando a favor del Concierto.
Se puede estar a favor del Concierto y criticar esta u otra aplicación del mismo por medio de una u otra norma foral. Porque es preciso decir claramente que, en realidad, lo que se está tratando de blindar es solamente la aplicación que las Juntas Generales llevan a cabo, en virtud del Concierto, del montante del Impuesto de Sociedades, es decir, en cuánto fijan el porcentaje que las empresas deben pagar sobre los beneficios obtenidos, porque es el único impuesto que ha provocado tensiones con las autonomías del entorno. Ni la regulación propia del IRPF, ni el Impuesto de Sucesiones, ni otros aspectos de la fiscalidad propia han sido nunca cuestionados.
Es preciso decir que lo que se trata de blindar es lo que las normas forales vascas establecen como porcentaje nominal a pagar sobre los beneficios de las empresas, un porcentaje para las empresas grandes y otro menor para las pequeñas y medianas empresas, en ambos casos inferior en dos puntos al territorio común. Y es preciso decir que el porcentaje real que pagan las empresas vascas se halla, como media, muy lejos del nominal establecido en las normas forales, en más de diez puntos.
Conviene recordar que la Ley del Concierto Económico establece que la presión media fiscal en Euskadi no podrá ser menor que la media en territorio común, por lo que el porcentaje menor en el impuesto sobre los beneficios de las empresas debe ser compensado de alguna manera. Una puede ser la de mantener el marginal -el porcentaje que se paga en el IRPF a partir de determinada cantidad- dos puntos por encima del territorio común. Y conviene decir que de esta obligación de pagar dos puntos más que en territorio común están fuera los que no pagan el impuesto sobre las rentas de trabajo porque todo lo que ganan lo hacen bajo la figura de beneficios empresariales, pues se han constituido en sociedades anónimas o limitadas: en lugar de pagar el 45% de marginal, que en su caso abarcaría a buena parte de sus ingresos, pagan no más del 20% como impuesto sobre beneficios empresariales -es el verdadero agujero negro del fraude fiscal en Euskadi-.
También es importante aclarar que el Tribunal Europeo estableció que la Ley de Concierto Económico no supone en sí misma ninguna ayuda de Estado y es conforme a derecho europeo. Pero también estableció que en la fijación del Cupo anual a pagar a la Administración general del Estado en aplicación del Concierto sí se pueden esconder ayudas de Estado que estarían prohibidas por la normativa europea.
Para poder saber si esto es así o no, una mirada a la tabla de gasto público por habitante en las autonomías españolas puede aportar alguna indicación: el gasto público por habitante en Euskadi y en Navarra duplica aproximadamente la cifra media del resto de comunidades autónomas, lo que no quiere decir que cada individuo reciba directamente el doble en ambas autonomías.
El sistema de Concierto es un sistema de autonomía fiscal que comporta una gran responsabilidad: en las competencias propias se gasta lo que se recauda y se paga a la Administración general del Estado por las competencias no asumidas. La consecuencia debiera ser que la Administración general del Estado no gasta ningún euro en Euskadi si no es en competencias propias de esa Administración. Queda siempre la cuestión peliaguda de las competencias compartidas, pero, para el sentimiento nacionalista que se enorgullece de que somos los vascos los que gracias al Concierto y en responsabilidad propia, sin participación de la Administración general del Estado, hemos sido capaces de hacerlo mejor, conviene recordar que aquélla invirtió millones de euros para limpiar y acabar con las ruinas industriales de Euskadi, que lo que se ha construido después ha sido posible por la aportación de todos los españoles a esa limpieza, que la Administración general del Estado supone el 50% del capital de Bilbao Ría 2000, la sociedad pública que tanto está haciendo por la revitalización del Gran Bilbao, y que sigue financiando cosas como la ABAO, el Festival de Cine de San Sebastián y la Quincena Musical, Euskaltzaindia y otra muchas cosas.
Había vías distintas para hacer que las normas forales adquirieran rango de ley autonómica sin recurrir al blindaje. No se ha querido: ¿Para transmitir la idea de que Euskadi se tiene que blindar ante el enemigo exterior que es España?
Joseba Arregi, EL CORREO, 20/2/2010