EL MUNDO 23/10/13
· La asociación Harrera Elkartea dice sobre los excarcelados: «Han contribuido a la transición a una sociedad más justa (…) Se les debe lo que se les negó durante años»
El medio centenar de etarras que se verá beneficiado por la derogación de la doctrina Parot tiene una puerta a la que llamar. «Por fin estás en casa de nuevo. Tras salir de la cárcel, ahora toca recorrer el camino de adaptación a la vida diaria». Habla Harrera Elkartea, la asociación formada por ex presos de ETA que busca casa, trabajo y ayudas sociales a los «compañeros» que abandonen la celda. Les explica que no deben nada a la sociedad: al revés.
«Es la sociedad la que está en deuda con aquellos que han contribuido a cambiarla», asegura uno de sus folletos. «Porque aquel que fue detenido en su día ha contribuido precisamente a esa transformación social» y, «sobre todo, porque en esta transición hacia una sociedad más justa, a aquel que ha estado preso se le debe lo que una sociedad injusta le negó durante años».
«No podemos ser sólo espectadores ante el mal ajeno», prosigue Harrera, «porque la sociedad está cambiando y no vamos a dejar que quienes han dado todo para que se produzcan esos cambios hacia la justicia no estén a nuestro lado […] colaborando a edificar una nación cada vez más abierta, libre y hospitalaria».
«Para eso necesitamos Harrera, para que presos y exiliados [huidos], que han perdido libertad y amigos en ese camino del cambio, puedan encontrar de nuevo su pueblo y, en él, se encuentren de nuevo libres, siendo ellos mismos».
Harrera (recepción, en castellano) se presentó oficialmente el 24 de abril, aunque está actuando al menos desde finales de 2011. En su web recién renovada ofrece una«Guía para l@s compañer@s recién excarcelad@s. Primeros trámites tras salir de prisión», bajo el título Ongi etorri, lagun! (Bienvenido, amigo).
La primera preocupación es el techo. «La mayoría de vosotros no tenéis ese problema. Sabéis dónde vais a vivir antes de salir: en casa de algún pariente o algún amigo. Sin embargo, ha pasado, y ello es inaceptable, que algún preso se encuentre sin tener adónde ir». Si ocurre eso, el afectado debe recurrir «inmediatamente» a ellos –señalan cuatro direcciones de correo y móviles de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra–. «No dejaremos a ningún compañero en la calle», prometen.
El segundo paso: visitar a los abogados, histórica correa de transmisión de las órdenes de la banda terrorista, «para agradecerles el trabajo» que han hecho por ellos y conocer su situación judicial. Tienen a su disposición cuatro despachos afines, entre ellos el de la asociación de familiares Etxerat en Vitoria.
El carné de identidad es el punto tres. Sacárselo es una «decisión personal»; no obstante, admiten, «ese papel» es imprescindible para muchos trámites. «En Bilbao hay que ir a la Comisaría de Policía de Indautxu, a pesar de que sea un lugar de infausto recuerdo para más de uno». Podrá pedir una cita previa, pero Harrera le recomienda hacer cola para ahorrarse tiempo. «Se suelen formar dos colas en Comisaría. Una de inmigrantes, para hacer infinitud de trámites, y otra para los que tienen la nacionalidad española (sí, también a pesar de ser vascos) que van a renovar el DNI. Tendrás que colocarte en esta segunda». Tras una imagen de pinturas rupestres de la cueva de Santimamiñe, explican al etarra las claves para empadronarse. Algo «muy importante», porque les abrirá la puerta a acceder a la tarjeta sanitaria, las ayudas económicas, una VPO… y a votar.
El excarcelado no debe empadronarse «en casa de los padres ni de ningún familiar próximo», porque si vive con parientes que perciben rentas se sumarán los ingresos de todos ellos y no tendrá derecho a cobrar la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). «Es imprescindible que el ex preso constituya una unidad familiar independiente». La solución: que viva «acogido, sin pagar renta»; o «en arriendo, subarriendo, pupilaje o fórmula similar», lo que le dará derecho a cobrar otro complemento, la ayuda complementaria por vivienda.
Los ex presos, según Harrera, pueden llegar a cobrar del erario público hasta 687 euros al mes. Primero, deberán saber si tienen derecho a la prestación por desempleo –sólo quien haya trabajado antes de entrar en la cárcel–; para ello deben inscribirse como demandantes de empleo en el Inem navarro o vasco en los primeros 15 días desde su salida.
Lo que sí cobrarán todos es el subsidio de excarcelación que paga el Estado, siempre que estén en paro, firmen el compromiso de aceptar cualquier puesto de trabajo «adecuado» o cursillo que les ofrezcan y no tengan ingresos superiores a 483 euros mensuales (el 75% del salario mínimo). Son 467 euros por un máximo de 18 meses, siempre y cuando no empiecen a trabajar cotizando.
La siguiente ayuda señalada es la citada RGI, que el Gobierno vasco destina a la población con necesidades y con al menos tres años de empadronamiento. Si constituyen una unidad familiar de una sola persona, podrán ingresar 680 euros al mes. Mientras cobren los 467 euros de excarcelado (un máximo de dos años y medio), podrán complementarlo con esto hasta alcanzar los 680. Quienes se queden fuera de esta renta tendrán una alternativa en la Guipúzcoa de Bildu, la «ayuda de garantía de ingresos» –sólo pide seis meses de empadronamiento–.
Finalmente, la asociación anima a renovar el carné de conducir, abrir una cuenta bancaria, solicitar la cartilla médica, hacerse una revisión «completa», pedir un médico si no están contentos con Osakidetza y acudir a su equipo de psicólogos si lo necesitan: «Si ves que pasan los meses y no te integras entre tu gente o cualquier otro tipo de problema que te pueda surgir, acude a nosotros. Además de la ayuda que podamos darte los compañeros, tenemos un grupo de psicólogos para quien lo pueda necesitar».
La asociación afirma tener unos 800 socios, que pagan una cuota anual de 60 euros. Detrás están Fernando Etxegarai, ex miembro de ETA condenado a 99 años de cárcel; Juan Karlos Ioldi, candidato a lehendakari por HB en 1987, y Andoni Iturriotz, empresario. Dicen que no quieren «prebendas», pero sí «solidaridad» para estos ex terroristas, y se sienten herederos de la asociación que en Irlanda del Norte se ha encargado de acoger a los terroristas del IRA. Ioldi aseguró a un periódico vasco que la patronal Confebask, la guipuzcoana Adegi y sectores empresariales afines a todo el arco parlamentario, salvo al PP y a UPN, están colaborando con ellos para encontrar trabajo a este colectivo.
EL MUNDO 23/10/13