FÉLIX DE AZÚA-EL PAÍS

 

  • Que los capitalistas y los obispos catalanes, es decir, el poder feudal, apoyen el indulto no es una decisión de los últimos días. Es una inversión mercantil a largo plazo que espera opulentos beneficios

Ha obtenido una jubilosa difusión el apoyo de los obispos y los empresarios catalanes al indulto que Sánchez quiere imponer a los sediciosos encarcelados. Indulto que ellos rechazan y que el presidente de la Generalitat califica de perfectamente inútil y “derrota española”. ¿Cuál es la noticia? Empresarios, obispos, ricos hombres catalanes y todo el conservadurismo feudal ha apoyado siempre a los sediciosos. ¿O acaso Aragonès, Pujol, Puigdemont, o el inverosímil Torra no pertenecen a la burguesía forrada? ¡Vaya noticia!

Lo único raro en ese millón de secesionistas son las así llamadas izquierdas, las cuales, como la CUP, se apiojan al separatismo para existir. Si no fueran compañeros de viaje de la burguesía catalana regresarían a lo que siempre fueron, un grupúsculo de refractarios al capitalismo (aunque ni siquiera son comunistas) que representan a la parte lumpen de Cataluña. Y ya advirtió Lenin que había que ser muy precavidos con la servidumbre. ¿O no fue Jaume Giró, actual consejero de Economía del Gobierno catalán, quien financió al Sànchez de la cárcel con dinero de la Fundación La Caixa? ¿Se trata de un ideólogo y un patriota? ¿O más bien de un muy alto funcionario del capital catalán?

Por su parte los obispos han jugado un papel esencial, como en el País Vasco, para el progreso y asalto al poder de los separatistas. Una notable cantidad de nacionalistas (y buena parte de los terroristas) se hicieron nacionales en los seminarios.

Que los capitalistas y los obispos catalanes, es decir, el poder feudal, apoyen el indulto en contra del Poder Judicial, no obedece a una decisión de los últimos días. Es una inversión mercantil a largo plazo que espera opulentos beneficios. Aunque sólo sean para los ricos.