Tonia Etxarri, EL CORREO, 29/6/11
El presidente no se va todavía. Pero su intervención sonó a despedida. El reproche formulado por Rosa Diez reflejaba gráficamente la última comparecencia del presidente de gobierno que dejó , al principio, una estela de añoranza de sus dos legislaturas mientras repasaba las dificultades de los últimos años, que su gobierno no ha sabido afrontar con la rapidez requerida. La de ayer fue una sesión parlamentaria de nivel y a pie de calle. El debate en el Congreso no subió al pedestal de las conexiones interplanetarias. Se habló de economía , de la primera preocupación de los ciudadanos según el CIS, y no hizo falta que sus señorías se llamaran “imbéciles” porque todos eran conscientes de que es la economía el problema que quita el sueño a los contribuyentes. Zapatero y Rajoy llevan mirándose a los ojos desde la tribuna desde 2004. Se conocen las debilidades y son capaces, los dos, de hurgar en la llaga del contrario con tal de minar la moral a la bancada opuesta en pleno debate político. Y lo hicieron los dos. Zapatero abusando del “karma” tan utilizado en la familia socialista, para acusar al principal partido de la oposición de no haber arrimado el hombro. Y Rajoy, recordando al presidente del gobierno todos los apoyos que le ha prestado en política internacional, sobre todo, sin poder hacer lo propio en política social porque el presidente, le espetó, no podía pedir a la oposición que se sumara a sus “errores”. El cara a cara entre los dos líderes fue vibrante y encendido pero se atascaron en las escenas conocidas. A estas alturas del curso, ya está todo dicho. La legislatura está agotada, como repitió ayer Duran i Lleida. Pero aun así, aprovecharon su momento de gloria para dejar sus intenciones marcadas en los titulares que hoy querrán ver cuando lean la prensa en sus despachos. Que al presidente, aunque sea para “mantener el pasado” no le hace desistir de su intención de agotar su mandato ni la petición de CIU. Y que el lider del PP aclaró que él no tiene prisa por adelantar las elecciones pero,en su primera intervención, utilizó la palabra talismán “elecciones” una decena de veces. Zapatero, que se vino arriba en los sucesivos turnos de réplica, se olvidaba a veces de su verdadero papel en el debate. Por momentos parecía confundido. El presidente es él y enfrente no tenía más que al lider del principal partido de la oposición que, eso sí, aspira a ganarle en las urnas en las próximas elecciones. Tanto insistió el presidente de gobierno en dejar a Rajoy como un “mentiroso” al facilitar datos sobre la economía que el opositor se fajó con los números comparativos. Y como el del paro es el más recurrente, le dejó sobre la mesa el dato de la deuda. En Europa, ha aumentado en 15 puntos. ¿Y en España? nada menos que 24. La soledad del presidente de gobierno en el Congreso, más allá del intercambio de favores producido la semana pasada con los grupos nacionalistas, es ya una escena repetida. A Zapatero se le veía tan cansado de oir lo mal que ha gestionado esta crisis que llegó a renegar , sin nombrarlo, de uno de sus más pacientes colaboradores. Con un ex vicepresidente Solbes ausente ya de la vida política, el presidente de gobierno se permitió decir que se arrepentía de no haber pinchado la burbuja inmobiliaria en su primera legislatura. Ayer faltó que se cantaran el “adiós con el corazón que con el alma no puedo”. Zapatero y Rajoy se volverán a ver en otoño. Quién sabe si ya directamente en las urnas.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 29/6/11