Francesc de Carreras-El País
El adoctrinamiento en las escuelas catalanas es controvertido porque no es fácil de medir
Es frecuente, en los últimos meses, que a los catalanes nos hagan la siguiente pregunta: ¿Qué pasa en Cataluña porque no entiendo nada?
Para llenar este vacío de conocimiento y con el propósito que comiencen a comprender la situación catalana propongo siempre dos actividades imprescindibles. En primer lugar, les invito a pasar una semana en mi casa de Barcelona a condición de que escuchen y vean mañana, tarde y noche las radios y televisiones en catalán, no solo las emisoras públicas, sino también las privadas, incluidas las desconexiones catalanas de aquellas que son de ámbito nacional.
Después, si han sido capaces de aguantar estoicamente esta tortura, les invito a leer con detenimiento el documento denominado “La estrategia de recatalanización”, publicado íntegramente por “El Periódico de Cataluña” con fecha 28 de octubre de 1990, hace 27 años, fácilmente encontrable en internet. Se trata del programa básico para la “construcción nacional” de Cataluña, sin duda auténtico, visto desde hoy, pues todo lo que en él se dice se ha ido cumpliendo.
La semana pasada hubo un debate en el Congreso sobre el adoctrinamiento en las escuelas catalanas. El tema es controvertido sobre todo porque no es fácil medir y demostrar la influencia real sobre las conciencias de niños y adolescentes, ni lo que se enseña en las aulas.
Pero el documento mencionado puede aportar pruebas fehacientes de las intenciones de los sucesivos gobiernos nacionalistas sobre diversos ámbitos ordenados en epígrafes: pensamiento (¿?), enseñanza, universidad e investigación, medios de comunicación, entidades culturales y de ocio, mundo empresarial, proyección exterior, infraestructuras y Administración. En cada uno de estos apartados, se establecen primero los objetivos y después las actividades fundamentales para alcanzarlos. Imposible resumir las propuestas en el ámbito de la enseñanza solo aportaremos unas píldoras. El objetivo general es “impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes”. Y, entre otras, se establecen las siguientes actividades fundamentales:
– “Catalanización de los programas de enseñanza. Análisis previo y aprobación del contenido por parte de personas responsables y de confianza”.
– “Reorganización del cuerpo de inspectores de forma y modo que vigilen el correcto cumplimiento de la normativa sobre la catalanización de la enseñanza. Vigilar de cerca la selección de este personal”
– “Incidir en las asociaciones de padres, aportando gente y dirigentes que tengan criterios nacionalistas”.
– “Velar por la composición de los tribunales de oposición”.
Puede ser que no se adoctrine en las escuelas catalanas, como parece resolvió una mayoría del Congreso. Pero, en todo caso, la intención de adoctrinar estaba muy clara hace ya 27 años: quizás así se empiece a entender todo lo demás. Vayan a internet y lean el documento completo. Se asombrarán.