TEODORO LEÓN GROSS – EL MUNDO – 05/11/16
· No es frustrante concluir que Podemos es como todos. Al revés, conviene celebrar la buena noticia: ¡Podemos es como todos! La distorsión en la conversación pública desde hace dos años se debe a la irrupción de la lógica populista presentándose como libertadores del sistema secuestrado por la casta, lo que Podemos llama el Régimen del 78, de modo que se arrogaban la misión de restituir la soberanía a la gente. Esa milonga ilusoria podía funcionar durante algún tiempo, sobre todo con una clientela devastada por la crisis, dispuesta a seguir sus antorchas para incendiar la bipartitocracia. Pero no ocurrirá. Y eso definitivamente es una buena noticia.
A Podemos, como suele suceder, lo va a derrotar el tiempo. El proyecto, tal como fue concebido, no podrá superar un plazo limitado. La fuerza de aquel mensaje ilusorio, a diferencia de Cataluña por la potencia del soberanismo, es coyuntural. Su oportunidad estaba en un éxito rápido ocupando el espacio prestado por el desencanto del bipartidismo, entre un socialismo desnortado y una derecha debilitada por la aluminosis moral de la corrupción. Pero, a medida que se desenmascara su utopía redentorista, Podemos en efecto irá siendo como todos, devuelto a la realidad.
El affaire Espinar es interesante precisamente por eso. Elevado el pequeño esperpento a categoría, resulta muy revelador. La compraventa no tiene dimensión de escándalo, pero sí el show cínico de la doble moral de quienes van por las esquinas dando lecciones de ética. Eso es lo que escandaliza. Presentarse como Portadores de la Pureza. Cuando las Sicav de Luxemburgo, Espinar proclamó: «Lo de Willy Meyer no es robar ni es corrupción. Pero es un comportamiento del Régimen, de privilegiado, de otros tiempos. #NoNosRepresenta». Willy Meyer dimitió, y Espinar, ese pequeño privilegiado del Régimen, pues ya ven.
Y Podemos, ¡bravo!, ha reaccionado como cualquier partido antes de experimentar su fase de degradación. ¿Quién no recuerda al PP, tras los años de corrupción felipista, cuando exhibía su incorruptibilidad? Iglesias y toda la famiglia han hecho defensa cerrada de uno de los nuestros, según el código de la Mafia; y han tirado de la teoría la conspiración y la tontada de La Máquina del Fango. Ni siquiera han tenido reflejos, atrincherados en el cinismo, para entender que Espinar, en una trama de relaciones turbias y mentiras, es un Dead Man Walking.
En Podemos se quejan de que se les pone el listón más alto. ¿No eran ellos quienes lo hacían? Esa reacción es ya una derrota. Por supuesto, la sociedad no debe exigir más a políticos de un signo que de otro; pero se entendía que Los Inquisidores sí deben autoexigirse más de lo que se exige la Casta. Kaputt. Es interesante comparar las lecturas del affair Espinar y el caso Soria: un asunto viejo, previo a la política, sin cometer una ilegalidad, defendido con una mentira… Ay.
Las malas noticias sobre Podemos se acumulan; o sea, las buenas noticias. A golpe de realidad, van perdiendo su relato mítico. Los 425.000 de Monedero desde Venezuela, el contrato de la TV iraní de Iglesias, lo de Errejón en la universidad, el asistente en negro de Echenique, el hermano de Tania… Esta semana han cuajado su irresistible Entente Cordiale en el Parlamento con Bildu y ERC. La arrogancia narcisista los acotará rápido en su espacio ideológico, porque no hay mayorías para la idea de que la regeneración necesaria del sistema pasa por su destrucción. Los mesianismos oportunistas siempre tienen fecha de caducidad.
TEODORO LEÓN GROSS – EL MUNDO – 05/11/16