Las negociaciones entre el PNV y Ezker Batua (EB) para que el diputado general de Álava en funciones, Xabier Agirre, pueda optar a la reelección con garantías parecen ir por buen camino para las aspiraciones de los nacionalistas.
Un día después de la reunión en la que EB puso sus exigencias programáticas sobre la mesa, Agirre afirmó ayer que tiene «buenas sensaciones» tras esta toma de contacto. «Pese a que tendremos que seguir reuniéndonos, tengo una sensación buena, no porque sea antropológico, sino porque soy optimista», apuntó ayer tras el pleno de incompatibilidades de las Juntas Generales.
Ambas formaciones tendrán cierto margen, unas dos semanas, para cerrar el acuerdo programático exigido por EB. El presidente del Legislativo foral, el popular Juan Antonio Zárate, resolvió, tras escuchar a la Mesa y la Junta de Portavoces, convocar el pleno de investidura para el próximo 7 de julio, a las nueve de la mañana. Si el acuerdo no está cerrado y anunciado para entonces, el 4 de julio podría quedar algo despejado el panorama, ya que esa es la fecha límite para que se presenten las candidaturas y para que EB cumpliese su advertencia de postular a su propia aspirante, Nerea Gálvez.
Agirre necesita del apoyo expreso de las dos junteras de EB, Gálvez y Mertxe Etzezarreta, para repetir en el cargo. Al candidato del PP, Javier de Andrés, le basta con que la formación de izquierdas no vote a Aguirre para ser elegido en segunda isntancia. De Andrés sumaría 25 junteros a su favor (los de su partido y el PSE) frente a los 24 del actual diputado general (13 del PNV y 11 de Bildu).
El silencio de EB también resultó ayer ilustrativo. Gálvez no quiso hacer declaraciones tras el pleno, mientras que Agirre pidió «discreción», alegando que cualquier negociación que esté constantemente en los medios de comunicación tiene más posibilidades de «fracaso».
Las cosas parecen haberse reencauzado entre las dos formaciones tras la tensión generada por la votación para la constitución de la Mesa, donde el PSE aseguró que cerró un pacto con EB para hacerse con la vicepresidencia primera, prestándole a cambio un juntero para constituir grupo propio. Gálvez ha negado tal pacto y asegura que las dos junteras de EB votaron al candidato del PNV. El presidente peenuvista alavés, Iñaki Gerenabarrena, sugirió que mentían.
En sus reuniones internas, EB ha asegurado que fue un juntero del PNV el que sembró la confusión votando a la candidata del PSE, Eva Jiménez. La incorporación a la cita del pasado miércoles con EB de Agirre y su diputado de Hacienda en funciones, José Luis Cimiano pudo contribuir a reencauzar la situación.
Mientras, la formación de izquierdas Sigue dividida y caminando hacia la escisión por la batalla entre sus dos sectores. El encabezado por el ex coordinador general, Javier Madrazo, controla la organización en Álava y las dos junteras son de su máxima confianza. El otro reúne en torno al actual coordinador, Mikel Arana, al PCE y el sector crítico EPA.
Ambas corrientes llegaron a un acuerdo sobre el programa que se presentaría al PNV y cuales serían sus líneas rojas. El documento aprobado por la Permanente Territorial en Álava incluía dos puntos clave: recuperar el Impuesto del Patrimonio o algo similar para gravar las grandes fortunas y reformar la ley electoral para facilitar el acceso de partidos minoritarios.
El sector opuesto a Madrazo quiere que el proceso se desarrolle con la mayor transparencia posible. Quiere que EB se centre en conseguir contrapartidas programáticas y rechazaron la imagen de «cambio de cromos» transmitida durante la votación para la Mesa. El sudoku de la formación se complica además debido al mandato de IU de impedir Gobiernos del PP, que restaría fuerza a su posición frente a los peneuvistas.
EL PAÍS, 24/6/2011