«Ahora le toca mover ficha a ETA»

Pregunta. ¿Gestos como el del expreso Ander Errandonea en favor de Bildu, dan la razón al Supremo y al PP?

Respuesta. No. La justicia ya ha adoptado su decisión y al resto nos cabe respetarla y acatarla. A mí me repugna ver que alguien que ha cometido una serie de atentados y asesinatos, sale después de cumplir condena sin ningún tipo de arrepentimiento y parece que quiere hacer una especie de mofa de todo eso. Es una oportunidad para que los que conforman Bildu nos digan si es eso lo que pretenden o rechazan todo eso.

P. ¿Qué aspectos democráticos vio en Bildu para apoyar su presencia en estas elecciones?

R. Yo no, será el Tribunal Constitucional el que ha decidido eso. Yo dije que sería una buena noticia que Bildu estuviera en las elecciones porque eso significaría que los tribunales habían visto que ahí había una apuesta en serio y que ese mundo estaba recorriendo el camino de integración en democracia.

P. ¿Ha habido que hacer cosas inconfesables para la legalidad de Bildu o es una petulancia del PNV?

R. Como creo en la separación de poderes en un Estado de derecho, nunca haría nada inconfesable. Será el propio Urkullu el que tendría que decirnos a todos qué es eso inconfesable que ha tenido que hacer, que tampoco es muy creíble.

P. ¿Se lo imagina?

R. No, es que no sé qué ha podido hacer. Me parece que nada.

P. ¿Pueden estar tranquilos los concejales del PSE y PP en los municipios que domine Bildu? ¿Cómo se comportarán en su vuelta a las instituciones?

R. Ahora estábamos muy tranquilos, y espero que lo podamos seguir estando en el futuro. De todas formas, también ha habido una reforma en el Congreso que permite que aquellos que tengan comportamientos antidemocráticos y que vuelvan a jugar a la connivencia con los terroristas, puedan salir de esas instituciones.

P. ETA es un tema político recurrente en elecciones. ¿Sigue dando votos y la tregua no?

R. La desgracia es que algunos intentan utilizar el terrorismo y la lucha contra el terrorismo para conseguir votos.

P. ¿Ve al PP con ánimo de abandonar ese carril?

R. Estoy viendo dos PP o casi tres. Rajoy no habla para nada de Bildu, ni de terrorismo, y todos los demás lo utilizan para hacer una campaña casi inmoral atacando a un Gobierno, muchos de ellos asimilando ETA al propio PSOE. Es inaceptable e inasumible.

P. Con Bildu en las instituciones, con tregua y sin extorsión ¿a quién le toca mover ficha?

R. A ETA. Tiene que desaparecer definitivamente. Y Bildu es una formación legal pero el ser demócrata se aprende practicando y aún necesita hacer un recorrido que, entre otras cosas, exija la desaparición de ETA.

P. ¿Cree que Zapatero imprimirá un mayor ritmo a este camino de paz, y de paso allanará el futuro de Rubalcaba?

R. Rubalcaba, como ministro de Interior, ha sido una de las personas más implicadas y que más ha hecho para que la situación hoy esté donde está, con una ETA derrotada y un mundo de la izquierda abertzale avanzando hacia la integración en democracia…

P. ¿Pero y el papel de Zapatero para alcanzar la paz?

R. Ahí el ritmo tiene que estar marcado por los hechos que el propio mundo de la izquierda abertzale vaya a producir. También tendrá que combatir la existencia de ETA, porque la existencia de una banda terrorista limita la libertad del país.

P. Quedan ya pocos días para que se pueda hablar de la sucesión en el PSOE. ¿Un mal resultado el 22-M alentaría un riesgo de quiebra interna?

R. Creo que no. En los resultados electorales todos somos corresponsables. Lo que se elige no es a Zapatero o a su sucesor, o al que vaya a estar en Moncloa. No entendería que jugáramos con el resultado de las elecciones para adoptar posiciones a favor de unos o de otros.

P. ¿Se imagina una bicefalia en su partido?

R. De momento, eso no lo hemos sabido hacer muy bien, pero el propio partido decidirá.

P. ¿A qué le suena la propuesta de Basagoiti en Madrid de un pacto de Estado PSOE-PP?

R. Yo también me he referido a esa necesidad de acuerdos para poner en marcha propuestas que vayan contra la crisis para generar crecimiento económico y empleo. Desgraciadamente hay una oposición, hay un PP que prefiere que las cosas vayan mal porque piensan que les va mejor en su camino hacia la Moncloa y eso me parece una irresponsabilidad. El PP no ha tenido ningún sentido de Estado, ninguna visión de país.

P. ¿Y, sin embargo, puede ganar las próximas generales?

R. Yo espero que no. Espero que la ciudadanía española sepa distinguir entre quienes están haciendo lo que corresponde hacer en un tiempo de crisis y un PP que ha sido incapaz de echar una mano al país y luego que vean como están las comunidades que gobiernan: ¿cuáles son las que mayores déficits y deuda acumulan? Alguien que no ha sido capaz de arremangarse, no merece gobernar un país.

P. ¿Se imagina un horizonte de entendimiento entre el PP y el PNV en Madrid?

R. Bueno, en Madrid o empezando aquí, donde sin programas ni propuestas están hablando con el único objetivo de quitar a un socialista. La filosofía que encierra que el PNV y el PP puedan entenderse me parece un magnífico síntoma de normalidad en Euskadi.

P. ¿Le parece excesivo el trato de Zapatero a Urkullu? ¿Se siente usted marginado?

R. No, porque, evidentemente, el Gobierno de España necesita socios para sacar adelante sus propuestas y eso necesita una relación de cierta confianza. No tengo celos porque tengo una magnífica relación con Zapatero. No me veo en la necesidad de andar publicando cada vez que hablo o cada vez que estoy con el presidente del Gobierno y con mi secretario general.

P. ¿Con los abertzales en las instituciones volverá el debate sobre la relación con España?

R. Espero que seamos lo suficientemente inteligentes, por lo menos los demás, para no caer en la trampa de que centremos el debate político en lo que interesa a Bildu o a la izquierda abertzale, y no en lo que interesa a la sociedad vasca. La sociedad vasca nos ha dicho claramente que su principal prioridad es el empleo, la economía, la vivienda.

P. ¿Cree que el nacionalismo ha aprendido del fracaso del denominado plan Ibarretxe?

R. Pues, no. En Guipúzcoa tienen un plan que busca llamar a todas las fuerzas nacionalistas y abertzales para volver a poner encima de la mesa el soberanismo, el derecho a decidir. Algunos no han aprendido nada de algo que paralizó el país.

P. ¿Hay riesgo otra vez de que haya dos orillas en Euskadi?

R. Hay riesgo de las dos orillas siempre que se busca acumular fuerzas para marginar y excluir al otro en su propio país. Euskadi se construye entre todos y no unos contra otros.


«Dar un toque al PSE lleva al poder a la derecha y al nacionalismo rupturista»

Al cumplir dos años como lehendakari, Patxi López se encuentra con el reto para su partido de las elecciones del 22-M. Satisfecho con los efectos del cambio que dice ha propiciado su Gobierno, advierte de que un posible «toque» al PSE en las urnas darías alas a la derecha y al nacionalismo más soberanista.

Pregunta. A los dos años de su llegada al Gobierno, insiste en su discurso de que el cambio político viene para quedarse. Sin embargo, los datos sociológicos no avalan esa percepción.

Respuesta. No, no, no es cierto. Una cosa es esto cuando se pregunta las desconfianzas de los gobiernos, no hay ni uno solo en Europa, incluida Alemania, que los ciudadanos ante esta sensación de crisis aplastante, den carta blanca. Sin embargo, cuando piden una valoración sobre las políticas concretas que se llevan a la práctica, todas esas políticas están valoradas muy positivamente. Por eso digo, que las cosas que estamos haciendo han venido para quedarse. ¿Alguien puede pensar que en Euskadi queremos retroceder a los tiempos de la división, del enfrentamiento y de la fractura? Yo creo que no.

P. Su discurso de innovación, de trilingüismo, consenso, quizás en esta Euskadi tan politizada ¿encuentra problemas para calar en la sociedad?

R. No en la sociedad. Hemos tenido dificultades en algunos partidos políticos, en algunos sindicatos nacionalistas, pero estoy convencido y así lo dicen también los estudios sociológicos, que la sociedad de manera inmensamente mayoritaria está de acuerdo con que apostemos por el inglés, además, del euskera y el castellano, ¿o no? O porque en las escuelas vayamos a las Eskola 2.0 con ordenadores y aulas digitales, seguro, o que en Sanidad sigamos manteniendo la atención a los agudos, pero reordenemos el sistema, o que los empresarios están de acuerdo con los avales que pusimos en marcha.

P. Por cierto, cuando escuchaba las duras críticas del PNV ¿lo entiende como una especie de menosprecio a la figura de un lehendakari por ser socialista?

R. Está claro que todavía, y a pesar de que han pasado ya dos años, hay alguno que todavía no ha hecho la digestión, y para el que todo vale con tal de atacar a los socialistas, a pesar de que con ello se intente devaluar las instituciones democráticas y eso a mí me repele bastante. Últimamente, vemos muchas coletillas que no tienen ni un solo pase, lo del frente PP-PSOE y eso de un Gobierno casi incompetente cuando la realidad, los datos, demuestran, claramente, que este Gobierno está haciendo las cosas muchísimo mejor. Estamos liderando que hemos salido del agujero, y ahora estamos todos en datos positivos. Un Gobierno que gobernó con crecimientos de una media del 10%, del 40% en educación, del 50% durante cinco años en sanidad, y fue incapaz de poner en marcha nada nuevo, nos quiera dar lecciones cuando nosotros, con menos recursos, estamos haciendo todas las reformas que necesita el país y estamos atendiendo a más alumnos, estamos atendiendo a más pacientes con menos recursos y no ha habido rebaja ni un milímetro de los servicios públicos. Las críticas no dejan de ser un eslogan de campaña pero no tienen ni un pase.

P. ¿Entiende las elecciones del 22-M como una especie de previa de las autonómicas?

R. En estas elecciones ni se elige al que va a estar en la Moncloa, ni se pasa un test del Gobierno vasco. Lo que está en juego son los Ayuntamientos y las Diputaciones, y con ellos los servicios públicos. Los Ayuntamientos son los primeros que prestan esos servicios o las políticas sociales de protección social. En los Ayuntamientos lo que hay en juego son gobiernos de progreso o gobiernos de derechas, gobiernos progresistas que buscan la universalidad y que buscan el que todos formemos parte de nuestra propia solución o gobiernos nacionalistas que pretenden dividir o fracturar a la sociedad.

P. Bildu sitúa al PNV como su principal rival. El PSE, también. ¿Pueden coincidir en sus objetivos?

R. Es verdad que el haber tenido que adoptar medidas duras, difíciles, el haber tenido sacrificios, hace que mucha de nuestra gente no es que vaya a votar a otro partido, sino que pueda quedarse en casa y por eso no nos tenemos que olvidar de la abstención. Quizá lo hagan pensando que así castiga de alguna manera o le da un toque de atención al PSE, sin darse cuenta de que eso permite acceder al poder a una derecha que no solo haría esos recortes, sino que recortaría servicios, prestaciones sociales, como estamos viendo cómo lo hacen donde gobiernan en otros países o en otras comunidades, o un nacionalismo que está llamando a la acumulación de fuerzas para volver a ese pasado de ruptura, de división, de planes soberanistas, que solo consumen nuestras energías sin solucionar nada, generándonos más problemas y enfrentándonos a unos vascos contra otros. Ese es el gran adversario de estas elecciones.

P. Por cierto, ¿cree que Basagoiti puede comprometer el pacto si el PSE no apoya al PP en Diputación de Álava?

R. Primero, hay que presentarse a las elecciones y ganarlas. Y el PSE se presenta en Álava y en Vitoria para ganar. A veces parece casi obsceno que nos estemos repartiendo las instituciones cuando los ciudadanos todavía no se han pronunciado en las urnas. Quiero ser muy respetuoso con eso, tenemos un proyecto para Álava que es el que queremos que evalúen y consideren los ciudadanos y queremos y creemos que con él podemos ganar y dirigir la Diputación.

Enfrente de la izquierda ‘abertzale’

P. ¿Imagina en algún momento un pacto entre una izquierda abertzale ya democrática y el PSE-EE?

R. A la izquierda abertzale le queda por recorrer un gran trecho democrático que todavía tiene que hacer, pero, segundo, en su seno están todos aquellos que se oponen a lo que de verdad hace avanzar a este su país. Se oponen al tren de alta velocidad en toda Euskadi, en Guipúzcoa a la regeneración de la bahía de Pasajes, a las intermodales, a una serie de apuestas y políticas que son las que instalan a Euskadi en el siglo XXI y le pueden hacer avanzar y crecer en progreso. Si esta gente que está en contra de todo esto,es quien condiciona instituciones y que quiere condicionar el país, estaremos en frente.

P. Cuando se habla de configurar un escenario de paz, ¿cómo se lo imagina?

R. ¿Un escenario de paz? Me imagino un escenario en el que ETA haya desaparecido definitivamente y en el que todos los demás agentes políticos, sociales, la ciudadanía en su conjunto, las instituciones, trabajemos por reforzar una convivencia que esté basada en la tolerancia y el respeto al diferente, más de treinta años, cuarenta años, de violencia en este país, ha sembrado odios, ha abierto trincheras en muchos pueblos y nuestro objetivo tiene que ser que esos odios vayan desapareciendo poco a poco y que esas trincheras se tapen para empezar a construir puentes, seguramente costará tiempo, pero yo creo que ese es el gran objetivo que tenemos en este asunto.

P. ¿Volverá el debate sobre los marcos jurídicos?

R. Bueno, imagino que hay nacionalistas que apuestan por ir hacia un nuevo marco jurídico y no por ello han tenido ningún tipo de connivencia con la violencia, ellos seguirán defendiéndolo, pero para mí como digo, la prioridad es la otra, no ésta.

EL PAÍS, 16/5/2011