EL MUNDO – 20/08/16
· La canciller Angela Merkel se ha posicionado en medio del debate y recela del uso de la prenda pero evita pronunciarse al respecto.
El debate sobre la prohibición del burka en los espacios públicos ya está en la agenda política alemana. Los ministros de Interior de los estados federados donde gobierna la Unión Cristianodemócrata (CDU) reclamaron ayer en Berlin restringir el uso de esta vestimenta como medida de «cohesión social» y porque «no encaja con nuestro país abierto».
Así lo manifestó el titular federal de Interior, Thomas De Maizière, para quien esta iniciativa «no tiene nada que ver con la seguridad», aunque el debate se produzca tras los atentados ocurridos en las últimas semanas en las ciudades de Würztburg y Ansbach.
«Estamos de acuerdo en la necesidad de fijar una norma que regule el uso del burka allí donde sea necesario para la convivencia», declaró De Maizière tras la conferencia de ministros de Interior que arrancó el jueves en Berlín y en la que hubo unanimidad a la hora de prohibir el burka en espacios o circunstancias «sensibles», a saber, durante la conducción de vehículos, controles aéreos, en las visitas a organismos oficiales, en los ayuntamientos, las guarderías, las escuelas, las universidades y servicios públicos en general, incluidos los tribunales.
Según la declaración consensuada por los ministros de la CDU y de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) el burka debe ser proscrito en todas las situaciones que requieran la identificación de la persona y no pongan cortapisas a la integración social y la convivencia, por lo que estaría vetado en manifestaciones, oficinas tales como registro civil, controles de tráfico…
La propuesta, que aún debe ser debatida en el seno del Gobierno, se queda a medio camino de quienes abogaban por una prohibición total de esta prenda y los defensores a ultranza de las costumbres y tradiciones del prójimo en una sociedad multicultural.
La canciller Angela Merkel se ha posicionado en el medio, pues, aunque mostró sus recelos respecto al uso del burka, evitó pronunciarse expresamente a favor de su total prohibición, lo que por otra parte considera que sería inviable a escala nacional. Una prohibición total sería, con toda seguridad, derogada por el Tribunal Constitucional. «Una mujer con velo integral tiene pocas posibilidades de integrarse en la sociedad alemana», se limitó a decir la canciller, en medio de las presiones recibidas desde sus propias filas y muy especialmente de la CSU, que aboga por la prohibición del burka hasta en las calles.
El Partido Socialdemócrata (SPD), socio en la coalición de gobierno, rechaza por completo ese extremo o esa posibilidad. De Maizière y sus colegas regionales de Interior aprovecharon la cita para debatir sobre la necesidad de reforzar la seguridad tras los ataques yihadistas de las últimas semanas, reivindicados por el autodenominado Estado Islámico, e introducir medidas de disuasión como la vigilancia por video o un incremento de la presencia de los agentes policiales.
Está igualmente sobre la mesa agilizar la expulsión de extranjeros que delincan o constituyan una amenaza, así como la posibilidad de levantar el secreto médico, lo que permitiría a los facultativos informar a las autoridades de que hay, de haberlos, refugiados con tendencias suicidas.
Según un estudio que se llevó a cabo en 2009 por la Oficina Federal de Inmigración y Refugiados, la mayoría de mujeres musulmanas que vive en Alemania no usa velo y casi ninguna de ellas utiliza el burka, según informa Efe. La ministra de Empleo y Asuntos Sociales de Alemania, la socialdemócrata Andrea Nahles, sostuvo que las medidas constituyen una muestra de un «aumento de la xenofobia» en el discurso político de Alemania, donde viven cuatro millones de musulmanes, alrededor del 5% de la población.
EL MUNDO – 20/08/16