EL MUNDO – 27/06/14
· Tomó la decisión el 25-M y la aplazó por la abdicación / Seguirá militando en el PSOE pero no aceptará cargos.
Uno de los hombres clave de los últimos 30 años de la democracia española, con sus luces y sus sombras, anunció ayer que deja definitivamente la política. Alfredo Pérez Rubalcaba hizo oficial lo que algunos sabían y muchos más imaginaban. Tras dar el relevo al próximo líder del PSOE, que será elegido por los militantes de su partido en julio, Rubalcaba dejará su escaño en el Congreso y pedirá su reingreso en el Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Químicas de la Complutense de Madrid.
A media mañana, el equipo de prensa del PSOE convocó una comparecencia de Rubalcaba en el Congreso «sobre un tema político de carácter personal». Inmediatamente, casi todos dieron por hecho que iba a anunciar que dejaba su escaño. Transcurría el último pleno ordinario del presente periodo de sesiones. Y a los cinco minutos de la convocatoria, Rubalcaba apareció sonriente y relajado ante los periodistas. Allí anunció, sin preámbulos y en una breve comparecencia, su adiós: «En septiembre, dejo mi escaño y vuelvo a la Universidad». Un emocionado Rubalcaba, que supo contenerse, añadió que durante 21 años ha sido diputado y que eso es «el mayor honor que puede tener un político» ya que no hay «un puesto más importante, relevante y gratificante».
Por la tarde y en Facebook, añadió que «nunca» creyó «que fuera a durar tanto, pero siempre he pensado que la decisión que tomé hace más de 30 años mereció la pena».
El adiós de Rubalcaba es definitivo, como aseguraron fuentes próximas al líder socialista. A partir de septiembre no volverá a aceptar ningún cargo público o político.
La decisión de su marcha la tomó la misma noche de la debacle electoral del 25 de mayo, cuando el PSOE alcanzó su suelo electoral, con un 23% de los votos. Esa noche decidió irse, pero no dimitir como secretario general de inmediato por dos factores: la abdicación pendiente del Rey Juan Carlos I, que él conocía; y porque así se lo pidió la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Tras su anuncio de ayer y antes de que acabara el Pleno, el presidente de la Cámara, Jesús Posada, enunció unas muy elogiosas palabras para el líder de la oposición ya que Rubalcaba ha dado, dijo, «categoría y altura a la función de diputado. Siempre será recordado como una gran figura del parlamentarismo del siglo XXI».
La ovación cerrada que llegó después, desde casi todos los bancos del Hemiciclo, sirvió de homenaje a un político que lo ha sido casi todo, aunque se marcha dejando el PSOE hecho añicos. Ayer no sólo le aplaudieron los 110 diputados del PSOE, sino los del PP, Izquierda Plural y los nacionalistas vascos y catalanes.
Rubalcaba, de 63 años, abre paso a una nueva generación de dirigentes que rondan los 40 años (Eduardo Madina tiene 38 y Pedro Sánchez, 42). Ellos protagonizarán el relevo en la dirección del PSOE en julio. El día 13, todos los militantes podrán votar en urna y elegir a su líder. Y el fin de semana del 26 y del 27 de julio, el congreso extraordinario del PSOE ratificará al nuevo secretario general y elegirá su Ejecutiva.
El profesor titular de Química Orgánica y velocista en su juventud lo ha sido casi todo en política menos presidente del Gobierno; 40 años militante, 11 ministro, 17 años en la Ejecutiva y los últimos dos como secretario general y líder de la oposición. Fue vicepresidente primero, portavoz y ministro del Interior con Zapatero. Y ministro de Educación y de la Presidencia con Felipe González. Sus cualidades políticas y personales fueron ayer destacadas por todos, desde todo el arco parlamentario.
Tampoco faltó quien, fuera de los micrófonos, recordó que Rubalcaba fue también el portavoz del Gobierno de la última etapa de Felipe González, acosado por el caso GAL y por múltiples escándalos de corrupción.
Rubalcaba tomó su decisión la misma noche de la debacle electoral. Y así se lo había transmitido a varios dirigentes socialistas. Las elecciones europeas habían sido su apuesta más personal después de llevar las riendas del PSOE durante dos años. El candidato inicialmente elegido había sido Ramón Jáuregui. Pero finalmente optó por dar todo el peso político posible a la candidatura europea del PSOE y por poner de cabeza de lista a su vicesecretaria general y número dos, Elena Valenciano.
El resultado fue un estrepitoso fracaso: el PSOE obtuvo la peor marca de su historia, el 23% de los votos. Y Rubalcaba decidió acelerar el relevo con un congreso extraordinario.
Rubalcaba es el máximo responsable del principal partido de la oposición desde febrero de 2012, cuando ganó por 22 votos en el 38 Congreso a Carme Chacón. Desde entonces, no sólo ha sido incapaz de revitalizar y reanimar al principal partido de la oposición, sino que ha sido el secretario general que lo ha hundido hasta su peor resultado.
Sus detractores –ahora mayoría– le culpan de haber retrasado en exceso la convocatoria de primarias. El mismo Felipe González, amigo personal, apuntó el pasado noviembre que el PSOE sufría una grave crisis de liderazgo. Pero que el problema era que quizá Rubalcaba aún no había llegado al convencimiento de que formaba más parte del problema que de la solución.
Rubalcaba acarició incluso la idea de presentarse a las primarias, que en principio se convocaron para noviembre, si obtenía un buen resultado en las europeas. Aquella idea, sin embargo, fue descartada hace tiempo, como él mismo anunció también la noche del 25 de mayo.
Su equipo alega que Rubalcaba asumió el liderazgo del PSOE en el peor momento, con la pesada herencia de la segunda legislatura de Zapatero. Y que, además, contó desde el día siguiente del congreso de Sevilla con la oposición interna de Chacón y sus partidarios, que trataron de acelerar la convocatoria de primarias para convertirlas en una segunda vuelta del congreso que perdieron. Los que le han apoyado apuntan también que Rubalcaba ha dependido en exceso de los líderes territoriales, que han forzado a tomar determinadas decisiones precisamente por la crisis interna y la falta de liderazgo que ha sufrido el partido.
De hecho, parte del Grupo Socialista se molestó ayer con su líder, ya que se enteraron de su retirada por los periodistas. El propio Madina conoció la convocatoria y le preguntó qué iba a anunciar, a lo que Rubalcaba le respondió que iba a explicar que dejará el escaño en septiembre. Sánchez se enteró de su marcha tras la rueda de prensa.
En el PSOE, sin embargo, todo fueron ayer elogios para el todavía secretario general. Madina, Sánchez, Jáuregui e históricos como Alfonso Guerra tuvieron palabras de aprecio y agradecimiento para un dirigente que ya es un referente de la Historia de la democracia española.
EL MUNDO – 27/06/14