FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 16/04/13
· La captura del dirigente de Sortu Iker Rodrigo es el primer arresto en más de dos años de un miembro de una organización de la izquierda abertzale sin estar acusado de participar directamente en actos de violencia callejera o de pertenencia a ETA. Hay que remontarse hasta el 18 de enero de 2011 cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil arrestaron a diez miembros de Ekin y Askatasuna.
Los casi veintisiete meses transcurridos desde aquella fecha dan una idea de la singularidad de la última detención. La causa inmediata del arresto es de naturaleza penal por la presunta participación del detenido en el acto de recibimiento del cadáver del dirigente etarra Xabier López Peña ‘Thierry’ en el que se produjeron gritos a favor de ETA que podrían constituir un comportamiento delictivo. Políticamente, la detención podría ser interpretada como un aviso desde el Gobierno hacia una izquierda abertzale que en los últimos tiempos parece haber recuperado comportamientos pasados.
La propia izquierda abertzale podría haber interpretado la detención como un mensaje de atención, vista la rapidez con la que Sortu ha salido a aclarar que era ajena a la organización de los actos relacionados con ‘Thierry’. Sortu es ajeno, pero al recibimiento de los restos del dirigente etarra acudieron algunos de sus representantes, poniendo de manifiesto la incapacidad de la izquierda abertzale para desarrollar un discurso que no incluya la justificación histórica del terrorismo etarra como ya se vio recientemente en el Parlamento vasco.
El arresto no es el único episodio que se muestra como una vuelta a tiempos pasados. En el último fin de semana se ha visto cómo, en respuesta a la detención de un reclamado por los tribunales practicada por la Ertzaintza, Sortu ha difundido por internet pasquines contra el lehendakari. A continuación desconocidos atacaban varios batzokis del PNV mediante el lanzamiento de pintura o realizando pintadas alusivas a la actuación de la Policía vasca. Coincidencia o el juego de la natación sincronizada del que habla Antonio Elorza.