EA insiste en que una colaboración electoral sólo sería factible si la izquierda abertzale se desmarca de ETA. Pero si Batasuna rompiera con la violencia podría presentarse por sí misma y entonces no necesitaría ni de EA ni de nadie. EA sólo interesa a Batasuna en la medida en que ésta se niega a rechazar a ETA y la violencia.
La disposición de los dirigentes de Eusko Alkartasuna a buscar un entendimiento con Batasuna amenaza con convertirse en un boomerang que puede volverse contra el partido que fundara Carlos Garaikoetxea, con independencia de las cautelas que quieran poner en la operación. Cualquier declaración que hacen los responsables de EA sobre la cuestión obliga a aclaraciones y matizaciones posteriores y eso es motivo de confusión.
La izquierda abertzale, desde su situación de ilegalidad, necesita la cobertura de una formación democrática para poder burlar la ley y poder presentarse a unas elecciones. Apenas ilegalizada, Batasuna comenzó a presentar iniciativas para embarcar al resto de nacionalistas en candidaturas conjuntas en las que enmascararse. La primera de ellas fue la llamada Propuesta de Bergara, dada a conocer por Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga el 16 de diciembre de 2003, que abogaba por la presentación de candidaturas unitarias de todo el nacionalismo para las elecciones de marzo de 2004. Nadie, ni el PNV, ni EA, ni Aralar, prestó entonces la menor atención a la idea.
Los movimientos más recientes se produjeron antes de las últimas elecciones autonómicas, cuando Batasuna y EA negociaron la puesta en marcha de un polo soberanista que fue frustrado por el asesinato en Azpeitia del empresario Inaxio Uria. Luego, Batasuna y ETA pasaron a hablar de organizar un bloque independentista.
Presentan la iniciativa como un movimiento de respuesta al acuerdo alcanzado entre el PSE y el PP, obviando que el entendimiento alcanzado ahora por estos dos partidos, que son adversarios naturales, no es sino la consecuencia de las políticas de exclusivismo soberanista de la década Ibarretxe. En realidad, la idea del polo o del bloque independentista es una iniciativa contra el PNV y Aralar. La izquierda abertzale ha reconocido ese propósito por escrito de manera clara y abierta.
Desde EA se insiste en que el entendimiento y la posible colaboración electoral sólo serían factibles si la izquierda abertzale se desmarca de ETA. Es el mínimo aceptable. Pero si Batasuna rompiera con la violencia podría presentarse por sí misma y entonces no necesitaría ni de EA ni de nadie para volver a tener presencia pública en la legalidad. Eusko Alkartasuna sólo interesa a Batasuna en la medida en que la formación de Arnaldo Otegi se niega a rechazar a ETA y la violencia.
Resulta llamativo en todo caso que Eusko Alkartasuna pueda alcanzar un acuerdo estable con Batasuna cuando en el País Vasco no ha sido capaz de mantener el pacto que tenía con el PNV y en Navarra las relaciones existentes entre los socios de Nafarroa Bai están sometidas a permanentes tensiones que amenazan la estabilidad de la coalición.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 26/1/2010