Entrevista a ALICIA SÁNCHEZ-CAMACHO / Presidenta del PP de Cataluña, ABC 16/09/13
· La número uno de los populares catalanes acota el contenido del diálogo, «que no negociación», que han abierto Rajoy y Mas.
—Mariano Rajoy y Artur Mas han abierto diálogo, y se han emplazado a continuarlo, como plantea el presidente del Gobierno en su carta de respuesta y ha aceptado la Generalitat. Diálogo, ¿pero sobre qué base?
— Para empezar, y dadas las circunstancias, debe señalarse que es importante que se produzca este diálogo, un diálogo que debe ser estable, sincero por ambas partes y, sobre todo, planteado desde la legalidad y la lealtad institucional. En cuanto al contenido, obviamente, hay cosas sobre las que el diálogo es imposible, y la principal es la unidad de España.
—Muchas voces cuestionan que no es posible dialogar con quien, de entrada, propone quebrar la legalidad.
— Es entendible que haya gente que no se fíe de lo que plantea el presidente de la Generalitat, pero la obligación del presidente (del Gobierno) de España es hablar con el que constitucionalmente es el presidente de todos los catalanes, de los que se manifestaron el día 11 y de los que se quedaron en casa. —Visto así, se denuncia que el Gobierno juega en el terreno de CiU y ERC: lanzan una amenaza y luego se abre una negociación.
— Mas lo puede plantear así, pero está claro que el Gobierno no lo va a aceptar. Diálogo como principio de responsabilidad, igual que hace el presidente con el resto de comunidades.
—Para aclarar conceptos: ¿en qué punto estamos? ¿Hay diálogo o hay negociación? — Dialogar no es negociar, que nadie se confunda, y menos sobre la unidad de España o sobre una consulta ilegal. Se ha abierto un diálogo muy inicial sobre la mejora del sistema de financiación autonómico, un modelo que sea igual para todas las comunidades y que supere las deficiencias del actual. Rajoy nunca hará una cesión en cuestiones territoriales.
—Pues el ministro García-Margallo se expresaba hace pocos días en términos distintos, y aludía al «encaje» de Cataluña en España.
— No se entendieron sus palabras. Margallo señalaba que el modelo autonómico puede modernizarse, algo que pasa por la revisión y actualización del sistema de financiación. —Entonces, ¿Rajoy y Mas solo hablan de financiación? ¿No hablan de transferencias competenciales, del modelo territorial?
— No se negocia nada que tenga que ver con la organización territorial del Estado, más que nada porque eso alude a la soberanía nacional. Quienes interpretan más allá se equivocan.
—En cualquier caso, ¿las palabras de Margallo indican que hay dos maneras de enfocar el «caso catalán»?
— Mire, la opinión de Margallo es la opinión de Margallo, ni es la oficial del Gobierno ni la oficiosa. No hay dos sensibilidades. He hablado con Margallo muchas veces, antes y después de estas declaraciones. Entiendo que cualquier palabra o matiz pueda ser interpretado, pero no es el caso.
—¿El compromiso de Mas de no hacer una consulta ilegal en 2014 es un requisito para seguir hablando?
— Es básico, sí, porque el presidente del Gobierno no permitirá nunca una consulta al margen de la ley, y eso Mas lo sabe. Cuando oigo hablar de que se plantea una consulta tolerada o pactada es mentira. La perversión del lenguaje no nos puede llevar a engaños, las consultas ilegales ni se autorizan ni se toleran. —También se ha hablado de articular algún tipo de fórmula, una consulta con varias preguntas…
— Esto está fuera de la ley. Cualquier consulta que aluda a la pertenencia a España es ilegal si se plantea desde una comunidad autónoma. Insisto, la unidad de España no se negocia.
—¿Qué escenario prevé en Cataluña?
— Mas sabe que no puede hacer una consulta ilegal, y no la hará, porque sabe que sin autorización del Gobierno el resultado nunca será reconocido por las instituciones europeas.
—Pero sí la convocará, dando por descontada la prohibición.
— Sí, claro, eso está dentro del guión. Es la forma de responsabilizar a los demás.
—¿Y después?
— Después veo adelanto electoral en Cataluña al final de 2015 o en 2016, una vez celebradas las Generales. Lo lamentable es que Mas ya sabe lo que piensan los catalanes, lo expresaron en 2012. Pidió una mayoría excepcional y cosechó un fracaso. No ha habido un aumento del independentismo con carácter estructural o ideológico, tan solo un permanente adoctrinamiento de la sociedad, un independentismo coyuntural que se desinflaría si hubiese una reforma de la financiación autonómica.
—¿La financiación bastaría para desinflamar el soberanismo?
— No hay que plantearlo en estos términos. Una mejor financiación sería positiva para el conjunto de 7,5 millones de catalanes, y en el conjunto hay que pensar.
Entrevista a ALICIA SÁNCHEZ-CAMACHO / Presidenta del PP de Cataluña, ABC 16/09/13