Luis Ventoso-El Debate
  • Un conmovedor manifiesto pro Sánchez une a gastados artistas del régimen socialista con golfos condenados por el caso ERE

Conmovedor. Lealtad a prueba de toda mugre. Un centenar de abajo firmantes pro PSOE, artistas y políticos cuyos gastados nombres dejan un aroma camp, ya de otra época, han firmado un pomposo manifiesto perdonavidas a favor de la continuidad de Sánchez. Consideran que el buenazo de Pedro es víctima de una conjura ultra cuando está dando un recital de buen gobierno.

Almodóvar, Miguel Ríos, Ana Belén, Serrat, Víctor Manuel…, unidos a algunos de los golfos condenados por la chorizada suprema de los ERE, abogan por la continuidad de aquel que no ha ganado las elecciones, que se sostiene como rehén de los separatistas antiespañoles, que miente más que habla, que lleva dos años sin presupuestos y que tiene empurados a su mujer, su hermano, su fiscal, su ministro que lo llevó al poder, el que lo sucedió en las calderas del PSOE, o la que llevaba Adif, entre otros pájaros (y pájaras, como la fontanera Leire).

Argumentan los abajo firmantes que el Gobierno «de la coalición progresista» debe continuar, porque su mandato constitucional es para cuatro años y porque no se pueden frenar «los avances sociales y en derechos civiles que mejoran la vida de la ciudadanía».

Los «avances sociales» consisten en la anulación del adversario político tras un «muro», la intervención chavista en las empresas privadas y la justicia, una fiscalidad confiscatoria que acogota a las clases medias, un record histórico de pobreza infantil, el segundo país de la UE donde los salarios han perdido más poder adquisitivo y unos datos de empleo trucados, con 800.000 parados que son borrados de las estadísticas para que Yoli y Peter salgan guapos en la foto.

Pero a Miguel Ríos, que deber ir ya por su novena gira de despedida, Ana Belén, Serrat, Víctor Manuel y los pícaros de los ERE todo eso les da igual, porque para ellos el PSOE es una especie de religión laica y también un seguro de vida. Con su dominio de la cultura, sus prebendas, subvenciones, y festejos públicos, El Partido supone un seguro de vida cuando sus carreras pasan por alguna etapa valle un poco mustia. El venerado Almodóvar, por ejemplo, ha dirigido numerosas películas con toña dolorosa en la taquilla, pues en su perfecta libertad ha resultado que los españoles preferían ir a ver las comedietas familiares del criptoderechista Santiago Segura en lugar de sus folletines «progresistas».

Pero lo más enojoso del manifiesto es que denota el alma autoritaria de esta endiosada grey. La idea que late de fondo es que en España el único legitimado para gobernar es el PSOE, aunque sea gracias a las alianzas más infectas y embadurnado de roña. Los abajo firmantes explican que quienes demandan elecciones ante la parálisis del sanchismo y su esperpéntico hundimiento «lo único que desean es que llegue un Gobierno de derechas de PP/Vox». Y ahí delatan lo más peligroso de su planteamiento: un Ejecutivo de derechas no se puede consentir jamás. Los españoles que votan a PP y Vox son a ojos de estos altivos forofos del PSOE una suerte de energúmenos que no saben lo que hacen.

Ese espíritu autoritario asoma también cuando ponen a parir en su manifiesto las informaciones periodísticas que nos han permitido conocer la infecta materia moral del sanchismo y su líder. La izquierda y sus medios pueden llamar «ultra» y «fascista» a todo el mundo y escribir varias enciclopedias sobre la corrupción del PP (que la hubo, ciertamente). Pero esa libertad de información y crítica queda eliminada si son el PSOE y su líder los evaluados.

Veo con agrado que Sabina, el más talentoso y librepensador del clan, ya se ha dado de baja y no figura en la relación de firmantes. Quizá en aquella caída del escenario que sufrió en Madrid se le abrió la mente y vio por fin la verdad: un ególatra con bajo apoyo popular, con una psicología de estabilidad debatible, se ha hecho con el poder traicionando los intereses de España en el mostrador de los separatistas y echarlo de la Moncloa se ha convertido una urgencia.

En cuanto a los que han rubricado el manifiesto, merecerían ser condenados a escuchar un disco entero de Rosa León, también abajo firmante, como castigo por su felonía política contra a los intereses de su nación. Pero no podemos ser tan crueles. Un castigo así no se le desea ni al insufrible Almodóvar.