Luis Ventoso-ABC
- Sánchez tiene motivos para comparecer pletórico en nuestros televisores
Este verano peligra el Tour. Sería una merma para nuestro bienestar psíquico, pues nada contribuye más a una reparadora siesta-apalanque en el sofá que el relato televisivo en plan plomo de una etapa llana. Pero los españoles ya hemos encontrado un plan alternativo para planchar la oreja en la sala: los «Aló Presidente» de Sánchez, que desde que fuimos encerrados en nuestras casas y estamos a tiro de propaganda llegan cada fin de semana, a veces incluso a pares. Desde el 12 de marzo ha irrumpido nueve veces en nuestros televisores. Hoy tendremos el capítulo 10. Son unos mítines largos, de querencia caudillar latinoamericana, pues a veces superan la hora de divagación. Es notable que desde que comenzó la crisis
del coronavirus el jefe del Estado solo se ha dirigido una vez a los españoles. En siete minutos, Felipe VI se las apañó para decir lo que tenía que decir, logrando además una audiencia de 14,6 millones de espectadores, de la que Sánchez siempre queda lejos.
Se comprende que Sánchez se prodigue en pantalla. El Gobierno funciona. Los que iban a ser los «nuevos Pactos de la Moncloa», ya rebajados a «pactos de reconstrucción del país», van viento en popa. Los socios preferentes que mantienen al Gobierno, ERC y Torra, ayer le explicaron que colaborarán… si les da la «autodeterminación» y «la república», es decir, si se carga España. El ministro Escrivá reconoce que se entera por la prensa de que va a haber un «ingreso mínimo vital» de inmediato, impuesto por Iglesias a sus espaldas y asaltando sus competencias. Mientras tanto, Nadia Calviño, que tiene conocimientos contables y sabe perfectamente que no hay caja para ese subsidio, se muerde la lengua y calla con tal de conservar su tarjeta de vicepresidenta, aunque Iglesias la humille cada semana.
En el frente médico, el Gobierno reconoce que ha enviado 300.000 mascarillas defectuosas a los hospitales de varias comunidades, hito que se une al ya legendario tocomocho de los test chinos de Illa. Mientras tanto, el profesor Simón, de tan sereno porte como basculantes datos y opiniones, confiesa impávido que las cifras de muertos y contagiados son «extrañas». Vaya, que ni a él le cuadran los números. En cuanto a la tragedia de las residencias de ancianos, recital de la «Vicepresidencia Social» de Iglesias Turrión: el 19 de marzo anunció a bombo y platillo en una rueda de prensa-mitin que se hacía cargo personalmente del problema… Y nada más se supo, salvo unas cifras de muertos aterradoras. Las ayudas económicas -«doscientos mil millones de euros», pregonó Sánchez en su día, a punto de quemar el polígrafo- han dejado a los empresarios tirados como colillas, pues según revela hoy ABC son seis veces menores que las alemanas y la mitad de las francesas e italianas. Por último, seguimos regenerando la democracia, con tanteos de censura previa, interviniendo el mercado y denunciando a la oposición ante la Fiscalía de la exministra Delgado. Como tétrico telón de fondo, la mayor tasa mundial de fallecidos por millón de habitantes.
No sé si ver «Aló Presidente» o poner a los Simpson. Igual son más serios.