El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, ordenó ayer la retirada de una provocadora iniciativa política de su grupo municipal en Bilbao en la que los populares reclamaban que el Consistorio bilbaíno retirara el nombre de Sabino Arana a una de las arterias más importantes de la ciudad, al considerar que el fundador del PNV es «el ideólogo del más rancio nacionalismo-racista» y de vincular su ideología con el surgimiento de ETA.
La moción registrada en la mañana de ayer con la firma de una concejal y del portavoz del grupo, Luis Eguiluz, cayó como una bomba en el Ayuntamiento bilbaíno gobernado por el nacionalista Juan María Aburto, en la sede del PNV ubicada en el solar de la antigua casa de los Arana y hasta en Barcelona, donde Alfonso Alonso se encontraba tras haberse reunido con el líder del PP catalán, Xavier García Albiol. «No es una broma, ni una mala interpretación. Es una des-facha-tez. Creo que sobran las palabras. ¿Memoria histórica? Vergüenza histórica más bien diría yo», señaló el miembro de la dirección del PNV Koldo Mediavilla en la única declaración pública de un dirigente nacionalista que se produjo ayer mientras se multiplicaban las reacciones en las redes sociales.
La propuesta liderada por Eguiluz y en principio avalada por el PP de Vizcaya pretendía sumar a este grupo municipal en el debate que tendrá lugar el próximo día 26 y en el que tanto EH Bildu como las marcas locales de Podemos pretenden retirar el nombre de la calle de Tomás de Zumalacárregui, general carlista que sitió Bilbao entre junio y julio de 1835.
El PP de Bilbao, apelando a la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, también incluyó a Zumalacárregui en su iniciativa y la completó con la retirada del callejero de la ciudad de Sabino Arana y de la dirigente del Partido Comunista de España Dolores Ibárruri, La Pasionaria.
El escrito, registrado a primera hora de la mañana y retirado a primera hora de la tarde tras un intensísimo cruce de llamadas entre Barcelona y Bilbao, no sólo definía a Arana como el «ideólogo del más rancio nacionalismo-racista», sino que también justificaba su exclusión del callejero bilbaíno por ser el artífice de «pensamientos que han acabado por posibilitar la existencia de fenómenos como la banda terrorista ETA».
La justificación utilizada por el PP bilbaíno para retirar el nombre de Dolores Ibárruri tampoco dejaba lugar a dudas, ya que la definía como la «comunista que apoyó decididamente al sanguinario Stalin y que tuvo una actuación terrible en la Guerra Civil Española».
La propuesta para su debate en Pleno instaba al Alcalde nacionalista Juan María Aburto –quien tiene la potestad en el criterio del callejero bilbaíno– a actuar con un espíritu «más ecuménico». Sin embargo, la enorme polvareda política levantada por el contenido de la moción, el desconocimiento de la misma por Alfonso Alonso y el delicado momento político en las relaciones entre el PP y el PNV abortaron la propuesta de Eguiluz. «La pretensión de la moción era reflexionar sobre el rasero usado para borrar nombres y no suscitar la polémica que se ha suscitado», señaló el portavoz a media tarde como argumento para explicar la retirada de la moción.
Una retirada que minimizó las consecuencias políticas en las relaciones entre el PP y el PNV, que comienzan a dar fruto en el ámbito institucional con la implicación directa del presidente Rajoy y de la vicepresidenta Santamaría, pero que aún permanecen gélidas entre las direcciones de ambos partidos. Alonso, con hilo directo con Santamaría, convenció a su grupo y desde Sabin Etxea portavoces oficiales del PNV constataron que el profundo malestar generado por la moción se quedará, de momento, en el estricto ámbito municipal.