El ministro del interior, Fernando Grande Marlasca, se reunió ayer por la tarde en la sede del Ministerio con los representantes de los grupos parlamentarios para darles cuenta de la información de la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista celebrada el martes pasado y de lo tratado el jueves en la reunión de los 27 ministros del Interior de la UE en Luxemburgo.

Es casi una novedad que el Gobierno de Sánchez vierta tanta información a los grupos parlamentarios, no suele ser costumbre. El ministro explicó el admirable consenso entre los partidos para afrontar  la alerta antiterrorista y alertó a la población para que no caigan en la desinformación. Solo faltó Rufián que alegó problemas de agenda, pero el ministro le llamará para darle una versión personal, solo para sus oídos. ¿Consenso entre Podemos y Vox? Raro me parece, como también me lo parece la ecuanimidad del ministro.

La amenaza terrorista es la de Hamás, según un cálculo prudente. No se conocen ataques de Israel  en ciudades europeas. Sin embargo, atentados del terrorismo islamista conocemos varios en ciudades europeas en general y el ciudades españolas en particular.  Hay algunos aspectos clave en la amenaza terrorista  en lo que a nosotros respecta. Una parte del Gobierno de coalición muestra una fobia muy acentuada hacia el Estado de Israel y una indisimulada simpatía hacia la causa palestina y, por ende, hacia Hamás. Esto ha significado que las ministras podemitas han atribuido la explosión  en el hospital Al-Mimadani, de la franja de Gaza a un misil israelí en contra de todos los indicios que apuntaban al lanzamiento fallido de un cohete de la Yihad Islámica. Yo no sé si EEUU, Israel y el Reino Unido cuyas embajadas han sido atacadas en diferentes capitales no tendrán un cierto mosqueo con el Gobierno español por haber acusado a Israel del cohete en el hospital de Gaza que desencadenó estas reacciones, aunque en un cálculo elemental  deberían mantener el suelo español a resguardo de la amenaza terrorista, aunque eso no garantiza nada, porque todos los indicios son equívocos. Se ha detenido a cuatro islamistas  comprometidos a “derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato».

Luego está el factor Arnaldo Otegi, que hoy por hoy es el único socio de Pedro Sánchez que ha anunciado el apoyo a su investidura (ni siquiera sus socios de coalición han comprometido tanto).

Arnaldo Otegi ha hecho un llamamiento a Hamás para que liberen a uno de los dos centenares de rehenes que tienen en su poder. Se trata del vasco Iván Illarramendi y el argumento es que “no somos partidarios de usar rehenes para hacer canjes y, por lo tanto, lo que planteamos con claridad es que hay que permitir liberar a los rehenes cuanto antes». Digo yo que será una razón de peso ahora que nos hemos enterado por la gran investigación de Leyre Iglesias de que Arnaldo es un tipo avezado en la técnica del secuestro, después de haber intervenido en nueve. Una autoridad, vamos, en el plano técnico y también en el moral. Entre bomberos no es de recibo pisarse la manguera. Pero hay consenso, dice Fernando Grande. Laus Deo.