EL MUNDO 18/04/13
Las juventudes de ETA lanzaron vivas a la banda en el homenaje
Entre talleres de desobediencia y certámenes de bertsos, en una acampada de tres días (del 29 de marzo al 1 de abril) en el pueblo vizcaíno de Orduña, las nuevas juventudes de la izquierda abertzale, Ernai, organizaron un gran homenaje al terrorista recién fallecido Javier López Peña, alias Thierry. En uno de los momentos más emotivos para los miles de asistentes, el histórico abertzale Periko Solabarria subió con la ayuda de una muleta al escenario -coronado por una gran imagen de un joven López Peña junto al clásico agur eta ohore (adiós y honor) que los radicales dedican a los gudaris de ETA- y le dedicó un poema a su «amigo».
«Amigo Thierry, para Thierry le dejo todo mi corazón». Miles de aplausos. «Amigo Thierry, ya no se puede tu aroma cortar porque los pétalos besaron el viento. Ya no se puede tu lucha olvidar porque tu nombre recorre el tiempo. Goian bego [descanse en paz], Thierry», entona. Y el auditorio truena: «Gora ETA militarra!». También lanza un consejo a los jóvenes allí congregados por los sucesores de Segi: «Si no os dejan soñar, no les dejéis dormir».
La primera concentración de la renovada cantera del mundo de ETA (Gazte Danbada) forma parte de la investigación que ha impulsado el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, en el marco de los homenajes brindados en las últimas semanas al etarra fallecido. El recibimiento a su cadáver en el aeropuerto de Bilbao ya ha supuesto la imputación del dirigente de Sortu Iker Rodrigo por presunto enaltecimiento del terrorismo.
Algunos de los momentos de la acampada juvenil en este pueblo gobernado por Bildu pueden verse en una web empleada por el entorno abertzale para difundir sus mensajes y cohesionar a los suyos. En otro vídeo, se observa cómo una joven de Ernai -Irati Sienra, nacida en 1990- acusa directamente a los presidentes de España y Francia de haber causado la muerte (por derrame cerebral) de Thierry: «Rajoy, Hollande, vuestras manos están manchadas de sangre, y estad seguros de que el pueblo no va a perdonar». Un joven dedica después un aurresku (la máxima expresión del homenaje en la cultura vasca) a la foto del etarra, se inclina ante ella y otra chica le coloca una rosa. El público grita en euskera: «El pueblo no va a perdonar».