EL MUNDO – 21/03/16
· La gran impulsora de las Diadas y el procés rebaja la presión y vuelve a pedir una consulta.
· «¡President, ponga las urnas!». Carme Forcadell, entonces presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), pronunciaba esta frase el 11 de septiembre de 2014 ante los cientos de miles de catalanes que se habían manifestado en la Diada, para exigir a Artur Mas que convocara la consulta del 9-N desafiando la negativa del Gobierno y del Tribunal Constitucional.
Hoy, un año y medio después, poco queda de esa beligerancia en la ANC, liderada ahora por Jordi Sànchez, un hombre afín a Convergència que pilota la asociación a pesar de haber perdido las primarias para relevar a Forcadell. Sànchez fue la cuarta opción entre los socios en los comicios internos de la entidad, pero su dirección corrigió las urnas y lo puso al mando de esta dócil ANC.
Ahora, la Asamblea se encuentra inmersa en la redefinición de su hoja de ruta para 2016 y 2017. Un guión rebajado que ya no contempla únicamente la secesión unilateral de Cataluña en 16 meses, como marca el acuerdo de Gobierno suscrito por Junts pel Sí y la CUP, sino que recupera la celebración de una consulta para solventar la encrucijada política catalana.
La ANC sostiene en su nueva hoja de ruta que «habrá que acordar un referéndum vinculante en Cataluña para no parar el proceso independentista si el Estado se comprometiese a hacerlo a corto plazo». Con esta aserción, la Asamblea calca el discurso de Convergència, quien ya apuesta abiertamente por esta opción y así se lo ha hecho saber a los partidos que actualmente negocian la gobernabilidad de España.
Francesc Homs, portavoz de Democràcia i Llibertat –la marca que CDC usó en las generales–, ya ofreció públicamente en el Congreso su apoyo a Pedro Sánchez para investirlo si aceptaba impulsar un referéndum de autodeterminación en el que sólo votaran los catalanes. El partido nacionalista ha recuperado así su doble discurso, a sabiendas de que la ruptura unilateral es del todo inviable política y económicamente, y de que sólo la connivencia con la consulta de partidos como Podemos le ofrece una escapatoria.
La misma reflexión realiza la ANC en su nueva hoja de ruta al asegurar que «la aparición de nuevas fuerzas políticas de izquierdas que respetan el derecho a decidir del pueblo catalán ha situado de nuevo la incierta posibilidad de la realización de un referéndum consultivo en Cataluña».
La ANC ha variado, y mucho, su discurso
En su anterior hoja de ruta afirmaba: «La consulta, tal y como estaba planteada por el Govern, ha quedado del todo superada. Nos encontramos en un escenario que se completa el 27-S con la celebración de unas elecciones que deben ser la consulta definitiva». Sin embargo, ese plebiscito ha dejado de ser definitivo para la ANC, partidaria ahora de volver a contar a los catalanes independentistas y a los contrarios a la secesión.
El presidente de la ANC defiende su giro. «Siempre hemos creído que la única manera de encontrar una salida a este contencioso entre Cataluña y España es el derecho a decidir y una consulta. Siempre», mantiene Sànchez en conversación con este diario. «Pero si el Estado niega la consulta, vamos adelante. Si votamos, mejor, y si no, tiramos millas. Ésa es la lección que nos dejó el 9-N», abunda, antes de recordar que la nueva hoja de ruta aún debe refrendarse en asamblea el 17 de abril y que los socios son libres de enmendar las propuestas de la dirección.
Pero no es el regreso a la consulta la única concesión de la ANC a Convergència. La asociación independentista también plantea en su guión que, si las elecciones generales se repiten en junio, «habrá que promover la formación de una candidatura de la máxima unidad independentista» con el objetivo de «conseguir un peso relevante en el nuevo Parlamento y cuestionar sistemáticamente las agresiones del Estado al proceso democrático del pueblo catalán». Conformar una candidatura conjunta es la máxima aspiración de Convergència para evitar una nueva debacle en las urnas. La formación de Mas no consiguió convencer a ERC para reeditar Junts pel Sí en las generales, pero aspira a poder conseguirlo en junio. La ANC ya ha empezado su presión sobre los republicanos para que acepten, a pesar de que parece poco probable que eso ocurra.
Esta maniobra cobra especial importancia teniendo en cuenta los últimos datos ofrecidos por el CEO –el CIS catalán–, que en su última encuesta, publicada el viernes, augura que Convergència seguirá perdiendo apoyo y se estancará como quinta fuerza en Cataluña si se repiten las generales, al dejarse por el camino entre uno y dos diputados.
El presidente de la ANC puntualiza que no han empleado la expresión «lista unitaria» para dar más margen al acuerdo. «Si pudiera haber una candidatura conjunta, perfecto, pero hay otras fórmulas, como la de compartir puntos del programa referentes a la cuestión soberanista», añade. Sànchez justifica la «confluencia de máxima unidad», que también Convergència ve con buenos ojos, porque «todo el debate sobre el futuro de Cataluña está en el Congreso». También en eso ha cambiado de opinión la ANC.
EL MUNDO – 21/03/16