Jorge Vilches-Vozpópuli
  • El socialismo es una fábrica de pobres en interés propio. Quizá por esto Andalucía no despegó durante el régimen socialista que ha durado 40 años

Una de las cosas más entretenidas es oír las excusas de los cariacontecidos perdedores en las elecciones. Todos fingen. Lo peor ha sido el cuento que ha salido desde Moncloa: Andalucía no es España. El resultado, dicen los portavoces del sanchismo, es una anomalía regional que no responde al sentir general. Vamos, que ha sido una puñetera carambola que no afecta a Sánchez.

Nada tizna a Su Sanchidad, y menos las derrotas de sus peones territoriales, que por molicie no estuvieron a la altura de lo que merece el líder. Moreno Bonilla, además, hizo juego sucio buscando la desmovilización del pueblo progresista convocando a mediados de junio. No lo entendemos, pero es que el presidente, que no pisa la calle para evitar que la gente se desgañite abucheándole, no envió a sus candidatos a luchar contra los elementos, como el calor, la playa y el rebujito.

La derrota del PSOE ha sido una burda conspiración del PP, ha dicho Adriana Lastra. Los populares han adelantado elecciones en Galicia, Madrid, Castilla y León y Andalucía solo para estorbar a Sánchez y su proyecto progresista. No importa que en dos de las cuatro fuera para evitar una traición de Ciudadanos, que preparaba mociones de censura con los socialistas. Lastra lo suelta ante los micrófonos y se va.

En su imaginario, las victorias electorales del PP han sido goles metidos con la mano, un asqueroso manojo de churros que han tenido la fortuna de mojar por puro despiste porque el pueblo es sanchista. Los españoles (y españolas) están con el presidente a partir un piñón, tal y como dicen las encuestas nacionales de Tezanos. Que no se nos olvide: quien ha perdido en Galicia, Madrid, Castilla y León y Andalucía no ha sido Sánchez, sino los candidatos territoriales.

La derrota es culpa de los votantes. Si no han votado a los socialistas es porque no se han dado cuenta de que han perdido la oportunidad de votar al aliado de ERC

No solo eso, sino que la gente es tonta. La derrota es culpa de los votantes. Si no han votado a los socialistas es porque no se han dado cuenta de que han perdido la oportunidad de votar al aliado de ERC, al que permite homenajes a los etarras, al que nos metió en la peor pandemia de la historia, al que nos lleva al precipicio de la crisis económica más dura desde 1979.

Lo mismo ha dicho Rafael Simancas, otro portavoz del sanchismo, asegurando que la gente es idiota, que no sabe lo que se hace, que “vota gobierno en tiempos de zozobra”. Claro, porque todos somos borregos y él es un pastor de almas. Así entiende Simancas la democracia: una sociedad de atontados contribuyentes que vota al Gobierno por miedo.

Podríamos pensar que Simancas ha tenido un calentón, pero no es así. Felipe Sicilia, portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, ha soltado la misma idea: «los ciudadanos, ante momentos de crisis, quieren estabilidad y confían en los gobiernos que ya están porque creen que darán estabilidad ante momentos de zozobra». Vamos, que somos idiotas.

Si Moreno ha hecho algo bien ha sido gracias a Sánchez, dice Lastra, porque gobernó gestionando los recursos que le llegaron del gobierno central

En estas declaraciones hay una confesión peligrosa. Los sanchistas creen que la gente vota al Gobierno por miedo a los efectos sociales de una crisis económica. En consecuencia, consideran que si nos empobrecen culpando a otros pueden sobrevivir en las urnas. Esto explicaría, por ejemplo, por qué han dejado sin ejecutar el 35% de los fondos contra la despoblación, entre otros muchos.

Los andaluces no se han enterado: si Moreno Bonilla ha hecho algo bien ha sido gracias a Sánchez, dice Lastra, porque gobernó gestionando los recursos que le llegaron del gobierno central, merced, por supuesto, a la magnanimidad del Presidente. Tiene explicación: el PSOE cree que la política es gastar, no gestionar, y luego crear una red de gente depauperada y dependiente.

Confirmado: el socialismo es una fábrica de pobres en interés propio. Quizá por esto Andalucía no despegó durante el régimen socialista que ha durado 40 años, porque gobernaban con el freno echado pensando en tener una sociedad dependiente y cautiva del dinero público, asustada de perder la subvención o la paga, votando al mismo Gobierno por la sempiterna crisis. Pero se equivocan. La gente no es tonta. Lo mismo que ha pasado en Andalucía ocurrirá en el resto de España.