Como si de un dispositivo electrónico se tratase, la Asamblea General que Ciudadanos celebrará el 4 y 5 de febrero será como apretar el botón de reset del partido. Apagar y encender de nuevo. Alumbrar el esqueleto de una nueva formación que deje atrás su estructura concebida como partido catalán para alumbrar un esqueleto nacional. También supondrá la oportunidad para instaurar un reequilibrio de poderes. Hasta ahora Cataluña, por el origen del partido, tenía un peso fundamental. Pero comunidades como Madrid o Andalucía están llamadas a dar un golpe sobre la mesa. «Ciudadanos Andalucía tendrá voz y un peso muy importante en el congreso nacional de febrero. Tenemos muchas cosas que decir y aportar», ha manifestado Juan Marín, portavoz en Andalucía.
Esta exigencia está respaldada por los números: la comunidad andaluza es un territorio importante para Ciudadanos. No sólo porque fue la primera piedra para su implantación nacional, cuando en marzo de 2015 logró nueve diputados en las elecciones autonómicas. Sino porque es la región que más diputados aporta al grupo en el Congreso: siete. Además, según los últimos datos de afiliación hechos públicos por el partido –a fecha de 31 de marzo–, ocupa el segundo lugar en número de militantes, con 5.751, sólo por debajo de Madrid (6.498) y por encima de Cataluña (3.795) y Valencia (5.301). El equilibrio de poderes lo protagonizarán estos territorios.
Con la baza de esta fuerza, Marín avanzó esta semana, con motivo de una reunión del comité territorial andaluz para preparar la Asamblea General, que «Andalucía tiene muchas cosas que decir y aportar, ya que representaremos el 20% de los compromisarios». Y añadió: «[La Asamblea ] servirá para decidir qué quiere ser de mayor Ciudadanos, ya que podemos ser alternativa de gobierno en España y en las comunidades».
Este aviso causó cierto asombro en el partido, toda vez que no se conoce de manera oficial el número actualizado de militantes. La dirección no publicará hasta el 19 de diciembre el número de compromisarios correspondiente por cada comunidad. Según los estatutos de Ciudadanos, el número de compromisarios de la Asamblea General y el procedimiento para su elección serán establecidos por el Consejo General a propuesta del Comité Ejecutivo, teniendo en cuenta el número de afiliados existente y su distribución por agrupaciones.
El Reglamento Precongresual de la Asamblea recoge que «a cada comunidad autónoma le corresponderá un compromisario, añadiendo compromisarios adicionales por cada 70 afiliados adscritos con redondeo al alza», y que los miembros del Comité Ejecutivo saliente y entrante y el Consejo General serán compromisarios natos. En marzo, Ciudadanos dio como dato global 32.514 afiliados, por lo que los de Andalucía representaban entonces casi el 18%. Le correspondería en torno a 82-83 compromisarios. Un número elevado, pero por ejemplo inferior al de los compromisarios natos, pues entre Ejecutiva y Consejo General suman en torno a 100 miembros.
La infrarrepresentación de Andalucía en la dirección de Ciudadanos es clara: de los 23 miembros actuales del Comité Ejecutivo sólo uno es andaluz, Juan Marín. «Será el momento de poder matizar y cambiar lo que creamos oportuno, siempre sin romper nada», dijo el portavoz y uno de los dirigentes con más peso.