Jon Juaristi-ABC

  • DLE (RAE): 1.m.pl. Méx. Pequeñas porciones de masa de maíz, cocinadas de formas diversas y acompañadas de ingredientes variados

Una tira cómica, de cuatro viñetas, en un periódico mejicano de mediados de los ochenta. En la primera, un potentado de barriga prominente, sombrero de copa y puro, con sendas bolsas de dinero en cada mano, sufría el asalto de un bandido generoso que gritaba: «¡Soy el PRI! ¡Robo a los ricos para dárselo a los pobres!». Segunda: el bandido entregaba las bolsas a un tipo famélico y harapiento, mientras proclamaba: «¡Soy el PRI! ¡Robo a los ricos para dárselo a los pobres!». En la tercera, el bandido atracaba al pobre recién enriquecido y le quitaba las bolsas, diciendo: «Hola. Soy el PRI. Robo a los ricos para dárselo a los pobres». En la cuarta, el rico y el pobre veían perderse en el horizonte al bandido con las bolsas, levantando polvareda.

Me he acordado de aquella tira tras la estupenda estafa de la subida del SMI, gracias a la cual los beneficiarios (de la subida, no de la estafa) cobrarán trescientos euros anuales en catorce pagas de veintiuno. Hacienda se embolsará otros trescientos por cada uno de los dos millones y medio de perceptores, lo que arroja una recaudación anual de setecientos cincuenta millones de euros que saldrán directamente del bolsillo de los empleadores, pymes y autónomos en su mayoría: «Hola, soy el PSOE, robo a los ricos para dárselo a los pobres».

Hay que reconocerle al PSOE maestría en esto del timo de la estampita, utilizando como gancho a la vicepresidenta segunda del Gobierno, que es de otra banda más cutre y estúpida, y contra la que claman ahora los estafados al comprobar que el dinero prometido es papel de periódico y nunca mejor dicho. Y es que, como el editorial de este diario denunciaba el pasado miércoles, hay que ser cutre con avaricia para jactarse de redimir al proletariado con subidas de menos de cuarenta y tres euros por paga. Me recuerda un cartel de propaganda electoral visto en una carretera de entrada a Ciudad de México, también a mediados de los ochenta del pasado siglo, ante un panorama de cientos de miles de chabolas y chamizos con sus correspondientes tinacos o depósitos de agua de lluvia sobre los techados (que no tejados), o sea, una vista espléndida de lo que los mejicanos llamaban Tinacolandia. El cartel de marras rezaba así: «75 años de progreso y prosperidad desde la Revolución, 1910-1985. Vota PRI».

Para terminar, un chiste mejicano de esa misma época. Me lo ha devuelto a la memoria la noticia de que España ha empeorado en el Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional, perdiendo cuatro puntos y bajando diez puestos en 2024. He aquí el chiste: «Oye, güey ¿sabes que México quedó en segundo puesto en el Campeonato Mundial de Estados Corruptos? —Ah, pues no, no sabía, ¿y cómo fue eso? —Pues porque dimos mordida para no quedar los primeros». En fin, antojitos mejicanos para un finde gachupín.