Ramón Irigoyen, LA VOZ DE GALICIA, 7/2/12
Es loable que la Diputación Foral de Vizcaya haya aprobado cuatro decretos que regulan las subvenciones de apoyo a la promoción, divulgación y normalización del euskara en el llamado territorio histórico durante el 2012. El euskara, según lo denomina la Academia Vasca de la Lengua, es la lengua que la Real Academia Española llama euskera y que en castellano se llama vasco y, hasta hace cuatro días, se ha llamado vascuence.
El monto de las subvenciones de la Diputación alcanza los 4,4 millones de euros. Pegada a esta noticia, ha saltado la de que se ha grabado un vídeo, promovido por la Fundación Leizaola, en el que una mujer invita en euskara a irse a la cama a dos hombres para practicar esta lengua. Se comprende que algunos medios hayan puesto el grito en el paraíso por lo que consideran un atropello a las buenas costumbres. Pero, si se piensa bien, dada la extrema dificultad de aprendizaje del euskara y del bajo número de vascoparlantes, se comprende que haya que recurrir incluso a incentivos sexuales para animar al público a que estudie este idioma de enorme interés cultural y de muy alto interés económico exclusivamente para quienes son obligados por el Gobierno vasco a conocer esta lengua para desempeñar su trabajo. Si uno no vive en el País Vasco -y aun viviendo allí-, ¿no estudia antes inglés, francés, alemán, italiano? Yo, al menos, estudié en mi primera juventud estas lenguas y no pasé de la quinta clase de euskara, que recibí en la Universidad de Navarra, porque la metodología de aquel profesor era nefasta. Como en este vídeo de contenido sexual, aquel profesor hablaba y hablaba en vasco sin que el alumno pudiera leer una sola palabra escrita. Los idiomas, desde luego, se aprenden fundamentalmente de oído. Pero también leer los textos de la lengua que se estudia y su traducción al idioma del alumno multiplican la velocidad de aprendizaje de una lengua.
Ramón Irigoyen, LA VOZ DE GALICIA, 7/2/12