Aprobada la moción contra el plan de residuos de Bildu

DIARIO VASCO, 7/7/12

El diputado Alduntzin será destituido tras la reprobación de su gestión en las Juntas con los votos de PNV, PSE y PP

El plan de residuos de la Diputación ha recibido el rechazo político de las Juntas Generales. La mayoría absoluta de la Cámara foral, formada por PNV, PSE y PP, aprobó la moción de censura presentada por estos tres grupos contra el diputado de Medio Ambiente, Juan Carlos Alduntzin, principal valedor del citado plan.

LAS CLAVES
MOCIÓN A GARITANO
El PNV ha dejado claro que no tiene intención de derribar al Ejecutivo de la Diputación
FRENTE ANTI BILDU
Permach, Alduntzin y Garitano afirman que PNV, PSE y PP forman un frente contra el soberanismo
PLAN DE RESIDUOS
La oposición afirma que el plan de la Diputación para gestionar la basura es inviable
SUSTITUTO
El diputado general dará a conocer el lunes la persona que sustituirá a Juan Carlos Alduntzin

El diputado general tendrá que sustituir en breve a Alduntzin. Martin Garitano indicó que el lunes dará a conocer quién será el nuevo responsable de Medio Ambiente.

El pleno de ayer puede calificarse de histórico, porque es la primera vez que las Juntas Generales dan luz verde a una moción de censura contra un diputado. Esta singularidad, unida al enfrentamiento que desde hace meses se vive en la Cámara foral, especialmente entre Bildu y el PNV, levantó una enorme expectación. La tribuna de invitados se llenó de simpatizantes y cargos de las formaciones políticas, especialmente de Bildu, que contó con la asistencia de una treintena de alcaldes.

La singularidad del pleno también quedó reflejada por la presencia de los principales dirigentes de EH Bildu. Joseba Permach (izquierda abertzale), Pello Urizar (EA), Oskar Matute (Alternatiba) y Ernesto Merino (Aralar) permanecieron hasta que finalizó la sesión, a las tres de la tarde. También acudieron el presidente del PP guipuzcoano, Borja Sémper, y el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro. Tampoco faltaron miembros de la plataforma contra la incineración, quienes recibieron a Alduntzin a la entrada de las Juntas con un largo aplauso.

La moción de censura es el último capítulo (por ahora) de un largo y complejo proceso que se inició hace dos legislaturas. Gipuzkoa necesitó ocho años para sacar adelante un plan de residuos que resolviera un problema acuciante. Tras múltiples dificultades, PNV, PSE y EA (luego H1!) aprobaron en las Juntas Generales un documento con rango de norma foral que preveía un incremento notable del reciclaje y del compostaje y, como sistema de cierre, la incineración. No fue fácil encontrar ubicación para la planta, pero finalmente el Ayuntamiento de Donostia, con un recalcitrante Odón Elorza como alcalde, aceptó que se emplazara en Zubieta.

Este encaje de bolillos se deshizo tras llegar Bildu a la Diputación y al Consorcio de Residuos. La coalición, que ha hecho de su oposición a la incineradora una bandera, dispone de un nuevo plan. Su negativa a llevarlo a las Juntas ha provocado un duro enfrentamiento con el PNV. Los jeltzales facilitaron la aprobación de los presupuestos forales de este año creyendo que Bildu había aceptado que la última palabra en el tema de los residuos recae en las Juntas. Sin embargo, la coalición afirma que el órgano competente es el Consorcio, donde tiene mayoría.

Los jeltzales consideran que Bildu ha «traicionado» el pacto presupuestario. Este hecho ha llevado al PNV a presentar la moción contra Alduntzin, junto a socialistas y populares.

La Cámara reflejó ayer un doble debate, confluyendo en ella todas las contradicciones y polémicas que han protagonizado la gestión foral en el último año. PNV, PSE y PP se esforzaron en demostrar que el plan de residuos de Bildu carece de viabilidad técnica, al tiempo que denunciaron la «falta de cultura democrática» de la coalición por negarse a debatir el documento en la Cámara foral.

La estrategia de Bildu fue más política. Alduntzin apenas se detuvo en el contenido del plan y se centró en criticar el «frente antiBildu». El diputado también incidió en que la competencia en materia de residuos recae en los ayuntamientos y en las mancomunidades, no en las Juntas Generales.

Respecto al contenido técnico del plan de residuos de la Diputación, PNV, PSE y PP auguraron que camina hacia el desastre. Los tres grupos coincidieron en afirmar que en la legislatura pasada se logró dar respuesta al problema de la gestión de los residuos, mientras que ahora se camina sin rumbo.

«Falso ecologismo»

Xabier Ezeizabarrena (PNV) señaló a este respecto que la coalición practica un «falso ecologismo» y calificó el sistema de recogida puerta a puerta como «una fantasía, un lema, y mero sueño». Mikel Durán (PSE) indicó que la planificación sobre los residuos ha sido sustituida por «la voluntad de 34 alcaldes de Bildu que dicen que van a lograr ratios de reciclaje del 80%, imponiendo el puerta a puerta, cuando además apenas gestionan el 30% de la basura que se genera en Gipuzkoa». Juan Carlos Cano (PP) destacó que la moción de censura «pretende desatar el nudo que ha provocado Alduntzin al imponer un sistema de tratamiento incompleto y sin el aval parlamentario».

Alduntzin defendió el plan de residuos foral. «Existe un documento, una buena estrategia redactada por expertos europeos basada en resoluciones que se están aprobando en Europa y a mitad de precio. Lo que no les gusta es que lo hemos hecho nosotros», aseguró.

El diputado, sin embargo, tuvo más interés en llevar el debate al terreno político. No solo él. También Joseba Permach y Martin Garitano repitieron un eslogan que acuñaron el mismo día en que PNV, PSE y PP presentaron la moción de censura. Los tres grupos forman el «trío antiBildu», lema que ayer experimentó pequeñas modificaciones para transformarse en «el trío de Miramon» o la «troika».

Alduntzin fue claro a este respecto. Aseguró que la moción de censura contra él tiene en realidad el objetivo de «atacar al soberanismo e independentismo de izquierdas» de cara a las próximas elecciones autonómicas.

El portavoz del PNV, Xabier Ezeizabarrena, no quiso entrar en ese terreno de juego y negó que hubiera un frente contra la coalición. De hecho, quiso diluir esta acusación subrayando que más de la mitad de las resoluciones aprobadas en las Juntas habían salido adelante con el apoyo del PNV a Bildu. Además, recordó que la coalición ha pactado cuestiones fiscales con el PSE e intenta hacer lo mismo con el PP en la cuestión de los peajes.

Ezeizabarrena hizo oidos sordos a la invitación de socialistas y populares de presentar conjuntamente una moción de censura contra el diputado general, medida que supondría la caída del Ejecutivo de Bildu. Es más, el propio Alduntzin pareció retar al PNV a que diera este paso cuando señaló que su destitución supondrá «cambiar al mensajero, pero no el mensaje».

Ezeizabarrena cortó cualquier especulación. «No vamos a entrar en ningún tipo de frente anti Bildu ni ahora ni en el futuro. Ustedes están aquí para gobernar, porque por eso ganaron las elecciones, pero no para gobernar en contra de lo que quiere la mayoría de la ciudadanía representada en estas Juntas Generales. No ha habido un frente anti Bildu ni ahora ni en su origen, porque si no Martín Garitano no sería diputado general».

El PNV no tiene intención de presentar una moción de censura contra Garitano, pero tanto los jeltzales como Bildu saben que el choque de trenes es inevitable. De hecho, un dirigente jeltzale admitió después del pleno que «la guerra es total», en tanto que otro de la coalición aseguró que «esto no ha hecho más que empezar». Está en juego la primacía en Gipuzkoa.

DIARIO VASCO, 7/7/12