Maria Maizkurrena-El Correo
- Trump no puede impedir que el resto del mundo siga comerciando entre sí
En plena guerra mundial de aranceles, Confebask, la patronal vasca, ha presentado un informe para que la gente vea cuánto empleo proporcionan las empresas y cómo sostienen la Hacienda pública y la Seguridad Social. También en Euskadi, el Consejo de Gobierno aprobó ayer adquirir una deuda de mil millones que irán al Instituto Vasco de Finanzas. Por su parte, el Gobierno de España aprobó el real decreto con recursos para crear una red de protección ante los aranceles de Trump. Estas barreras comerciales son conocidas como ‘los aranceles de Trump’ porque llevan su firma. Son su arma: o haces lo que digo o te pongo un arancel (en realidad el arancel va primero).
Los expertos, expertos en economía y en el fabuloso mundo de Donald Trump (gente como Gideon Rachman y Pascal Lamy), nos advierten: D.T. aprendió a hacer negocios en el mercado inmobiliario de Nueva York, dominado por la mafia, y solo entiende una cosa: la fuerza. La Unión Europea, dice Lamy, que fue jefe de la OMC, tiene potencia de fuego para responder y colocarse en una buena posición negociadora. China ha decidido usar la suya (su potencia de fuego) y Reino Unido se prepara para grandes cambios, pero no sabemos cuáles, porque Keir Starmer los anuncia con palabras vagas y evita el enfrentamiento con la Administración Trump. Mientras, esta sigue chantajeando al mundo: ¿quién ofrece algo «fenomenal» para evitar los aranceles?
El estudio de la consultora PwC que encargó Confebask destaca que en Euskadi se producen bienes muy cualificados y que la comunidad tiene superávit comercial. Una parte de ese superávit proviene de EE UU. Por eso el Gobierno vasco anuncia financiación para las empresas y búsqueda de nuevos mercados. Trump no puede impedir que el resto del mundo siga comerciando entre sí, pero el caos que está provocando exige un difícil proceso de adaptación. Su objetivo es resetear la economía de su país, y eso se hace reseteando la economía del mundo. Aparte de que las tarifas son un arma que el presidente de EE UU disfruta mucho, se ha apoyado en un artículo científico de Pau S. Pujolas y Jack Rossback en el que estos tanteaban la siguiente hipótesis: se puede ganar una guerra de aranceles cuando se tiene déficit comercial. La Casa Blanca se ha fijado en este estudio, pero solo en la parte que le conviene. Lo que no han tenido en cuenta es la famosa teoría del caos de Henri Poincaré, que nos dice que saber con certeza cómo va a evolucionar un sistema complejo es muy, pero que muy difícil. En su blog ‘Nada es gratis’, Pau S. Pujolas explica por qué el más probable resultado de una guerra comercial, en la que todos practican el ‘ojo por ojo’, se resume en una frase: ‘todos ciegos’.