EL CORREO, 22/7/2011
Optimismo cara al público y optimismo en la reunión privada. Ni el Ministerio del Interior ni la Consejería de Interior del Gobierno vasco tienen informes que apunten a que ETA esté aprovechando el alto el fuego para rearmarse o para crear nuevas estructuras con las que volver a atentar.
Según mandos de la lucha antiterrorista, el análisis que ayer realizaron Antonio Camacho y Rodolfo Ares fue coincidente en que tras casi dos años sin atentados mortales en España y tras el alto el fuego de enero, la banda está replegada a sus bases en Francia, muchos de sus activistas incluso han salido del país vecino y los que quedan en territorio galo están más preocupados de no ser capturados.
Pese a todo, tanto el nuevo ministro del Interior como su homólogo vasco, insistieron en mantener los niveles altos de alerta, sobre todo con miras a impedir que los activistas ‘liberados’ escapen a terceros países y puedan intentar establecer bases de logística o de acogida. Camacho, siguiendo casi punto por punto la estrategia de comunicación de Rubalcaba, fue mucho más comedido que Ares. El consejero fue más audaz y llegó a afirmar que no disponía de «datos objetivos» de que ETA tenga la intención de retomar las armas. Según señaló, la banda está recorriendo su «recta final». «El Estado de Derecho ha ganado la batalla a ETA pero debemos completar el trabajo», precisó Ares, quien aseguró que el trabajo de las fuerzas de seguridad y la «firmeza democrática» han sido las claves para llegar a este punto. El nuevo titular de Interior, por su parte, no se salió del discurso oficial de su departamento: «guardia alta» y órdenes a las fuerzas de seguridad de mantener la «presión» sobre la banda, aún a sabiendas de que «estamos ganando la batalla».