El Correo-OLATZ BARRIUSO

El líder de Sortu explica el cambio de «estrategia» de «nuestro movimiento de liberación» en una entrevista en la televisión pública venezolana

Versión ‘oficial’ En media hora de charla, ni Rodríguez ni el conductor mencionan una sola vez a ETA por su nombre «Imponer la unidad» Sugiere que en la decisión de la banda pesó el rechazo a las demandas del soberanismo catalán «Sufrimiento en los dos lados» Presentado como «preso político», acusa al Estado de «antidemocrático» y denuncia torturas

BILBAO. ETA decidió dejar de matar porque, en torno al año 2010, tras medio siglo de existencia y casi un millar de víctimas mortales, «llegó a la conclusión de que el Estado español, a pesar del ‘accionar armado’, no iba a reconocer el derecho de autodeterminación de nuestro pueblo». Ése es el crudo resumen del análisis interno que habría hecho la banda terrorista antes de anunciar, en octubre de 2011, el cese definitivo de la violencia. Y no procede de ningún documento de la organización, sino de las reflexiones del secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, en una entrevista de hace menos de un mes en Venezuela que ahora se ha viralizado en las redes.

En la conversación con el veterano periodista Walter Martínez, conductor del programa ‘Dossier’ en la televisión pública del régimen de Nicolás Maduro, Rodríguez, presentado como «preso político de España durante más de diez años», expone la versión ‘oficial’ del «movimiento de liberación nacional vasco» sobre las razones que llevaron a ETA a poner fin a la «lucha armada». Durante media hora, entre chanzas con el presentador, y digresiones sobre los curas y las raíces vascas de varios de los «libertadores» de América Latina, Rodríguez habla del final de la banda sin mencionarla ni una sola vez por su nombre. Su interlocutor tampoco. Las siglas de ETA no se escuchan en una entrevista en la que sí se habla de Franco, del «golpe fascista» del 36, de la Ley de Amnistía, de las torturas –se barajan cifras de entre 5.000 y 10.000 «vascos» torturados– y de «cien mil personas que siguen en las cunetas en el Estado español, el segundo con más desaparecidos del mundo después de Camboya».

El líder de Sortu, a quien todos los partidos vascos siguen reclamando sin éxito que haga autocrítica sobre su pasado en plena polémica con los ‘ongi etorris’, asume la portavocía de «nuestro movimiento» como un todo y sin ningún tipo de matices. Explica, de hecho, que hace una década se decidió «un cambio de estrategia» hacia las vías «exclusivamente pacíficas y democráticas» al constatar que no se iba a lograr la autodeterminación. No solo. También porque, según asegura, habían logrado «crear las condiciones políticas y sociales» para abordar «la conquista de nuestra soberanía nacional» mediante «la construcción de amplias mayorías democráticas».

«Violencia estructural»

Nada se dice en la entrevista –que Sortu ha difundido en su cuenta oficial de Twitter–, de la presión social y policial contra ETA. Cuando Martínez deja caer que ya se había derramado «mucha sangre», Rodríguez se explaya a sus anchas para socializar la vieja teoría del conflicto. «Esa estrategia generó sufrimiento por ambos lados, en la medida en que la opresión del Estado español también ha generado un sufrimiento inconmensurable». Es más, el dirigente de la izquierda abertzale sostiene que, aunque ETA ha desaparecido, «el Estado español continúa haciendo uso de la violencia estructural y sistemática para imponer su proyecto de unidad» a Euskadi y Cataluña.

Incluso, aunque los momentos álgidos del ‘procés’ fueron muy posteriores, Rodríguez sugiere que ETA decidió abandonar las armas al constatar que España cerraba el paso a las demandas del independentismo catalán. «Decían que sin violencia todo era posible y era mentira», lamenta el dirigente de Sortu, que a partir de ahí se dedica a desacreditar a España, un Estado «profundamente antidemocrático». Según su relato, no ha habido una «ruptura» real con el franquismo y pone el ejemplo de los jueces, «que ahora se llaman Audiencia Nacional». Rodríguez grabó la entrevista aprovechando su visita a Caracas como invitado en el foro de Sao Paulo, que reúne a las izquierdas latinoamericanas. Unos días después, Sortu anunció el regreso a Euskadi de dos históricos de ETA en Venezuela, en plena crisis del régimen bolivariano que les ha servido de escudo protector.