Tonia Etxarri-El Correo
La toma de control de la cúpula de Telefónica, por orden de Pedro Sánchez, efectuada con festividad y alevosía, desalojando a Álvarez-Pallete para colocar a Marc Murtra , el ariete del Gobierno en Indra y de la órbita del PSC, le ha servido en bandeja a Núñez Feijóo la oportunidad de encender todas las alarmas sobre la deriva intervencionista del inquilino de la Moncloa. Y puso el foco en la «alerta antidemocrática» que se cierne sobre España.
Habrá que ver si el PP es capaz de capitalizar la denuncia de este atropello gubernamental o se limita a levantar acta de su protesta ante el enésimo escándalo que, esta vez, ha afectado a una de las principales compañías anunciantes en los medios de comunicación. Nada más conocer el ‘cambiazo’ en Telefónica, el recordatorio de la lista de puestos clave en las instituciones ocupados por los alfiles de Sánchez empezó a circular en bucle por la opinión pública crítica durante todo el fin de semana. Y Feijóo recogió para enumerarlos. Desde la posición del imputado Álvaro García Ortiz en la Fiscalía General con ‘su’ cargo de propiedad del Gobierno, hasta la cabeza de Telefónica pasando por la Presidencia del Congreso, donde Francina Armengol dirige la Cámara al servicio de la Moncloa. El CIS, el Constitucional, RTVE, Agencia EFE, Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia y un largo etcétera que rebasa el espacio de una portada.
La inminente agenda no le es favorable al presidente del Gobierno porque representantes de Indra y Telefónica, precisamente, deberán comparecer ante el juez del ‘caso Begoña Gómez’. Los dos responsables de comunicación de la Fiscalía, ante el Supremo. El jefe del gabinete de María Jesús Montero, ante el Senado. Como el ministro Ángel Víctor Torres. Y, mañana miércoles, tendrán lugar las votaciones sobre el decreto ‘ómnibus’ en donde el aplazamiento del gravamen a las energéticas ha levantado la máxima expectación por ver si Junts y PNV, inicialmente contrarios, mantienen sus posiciones.
Pero aún con el viento en contra, Sánchez sigue surfeando sobre los escándalos como si estuviera inmunizado. Si no gana en las urnas, al menos va ganando espacios de poder a fuerza de golpes de mano que no encuentran resistencia. Y su relato parece extraído de una jugada maestra de la Inteligencia Artificial. Su advertencia contra la oligarquía que se ha rendido a Trump, que está utilizando su poder «omnímodo» para controlar Occidente, rechinaba en los oídos de la oposición. Sánchez ‘el controlador’ denunciando los tics del entorno del presidente de EE UU que tanto se parecen a los suyos. Sánchez no tiene «el poder del voto de la gente» (Trump, sí) porque no ganó en las urnas. Por eso intenta doblegar voluntades a base de injerencias en los núcleos de decisión. Aquí manda él. ¡Ay, esos jueces como Peinado y Hurtado y fiscales como Almudena Lastra que se resisten! ¿Y si se recuperan las llamadas del móvil de Álvaro García Ortiz? ¡Ay, la UCO! ¿Cómo desactivarlos? ¿Cómo impedir que sigan investigando los casos de presunta corrupción y abuso de poder? La Moncloa está en ello.