MIKEL BUESA-La Razón

  • Esto de pedir perdón con un sentido político se ha puesto de moda en nuestro mundo contemporáneo

Esto de pedir perdón con un sentido político se ha puesto de moda en nuestro mundo contemporáneo. Se dice que, combinándolo con una memoria adecuada –inventada–, aplana los conflictos del pasado y minimiza su proyección en el presente. Y sirve de remedio psicológico para quienes se consideran herederos del sufrimiento que tales disputas provocaron. Una reparación falseada pero eficaz, como muestra lo del Papa y AMLO. Sin embargo, los que no tenemos nada que ver con eso estamos perplejos, pues tal solución nos atribuye una turbadora responsabilidad pretérita. En un momento crucial de la película de Basilio Martín Patino «Nueve cartas a Berta», su protagonista se pregunta: «¿Y por qué tengo yo que arreglar el mundo?» Es la misma inquietud que me ronda desde que Francisco, sin conocerme, decidió hablar en mi nombre.