Santiago González, EL MUNDO, 8/7/12
Las fiestas populares proporcionan siempre imágenes vistosas, como ésta que aparecía ayer en las páginas de El Correo. Carmen Gisasola, ex miembro del comando Vizcaya, que cumple condena en la cárcel de Zaballa por tres asesinatos, se encuentra clasificada en tercer grado y fue invitada a los Sanfermines por la diputada Uxue Barkos. Véanla en la foto, junto a la diputada recientemente expulsada de Aralar, Aintzane Ezenarro. Son sus cinco minutos de gloria, después de haber sido invitada por el Gobierno Vasco a las jornadas sobre reconciliación y memoria, celebradas hace unas semanas y cuya asistencia fue impedida por la prohibición del Ministerio del Interior. Ya lo decía Joe Griffin en ‘Cinco minutos de gloria’, película que debió de inspirar este akelarre sentimental de los encuentros de los familiares de las víctimas con los asesinos: “A la gente lo que más le gusta es darle la mano a un asesino”.
Esa es la razón de que a Carmen Gisasola se la rifen, sea para congresos o para celebrar los sanfermines sin necesidad de haber hecho nada, salvo declararse alejada de una banda terrorista en la que nunca debió militar. Y mucho menos haber matado a nadie, claro. Cabe pensar que Uxue Barkos no habría invitado nunca a los familiares de Miguel Ángel Blanco, ahora que vamos a recordar los 15 años de su secuestro y asesinato. Es verdad que los Blanco ya tienen quién les invite, pensarán en NaBai. Es verdad también que un encuentro entre los Blanco y Gisasola durante el txupinazo podrían hacer recordar a la terrorista disidente qué pensó y que sintió en aquellos días de julio de 1997 y así, poco a poco, ampliar su rechazo a los otros 857 asesinatos de la banda en la que militó, tres de los cuales eran suyos. Quién sabe, hasta podría ser el primer paso para recuperar el Riau Riau. Claro que tampoco me imagino a Marimar Blanco invitando a Gorka Maneiro a cualquier celebración, después de haberle llamado “colaborador de la izquierda abertzale” en el Parlemento vasco.
Yo creo que al txupinazo de los Sanfermines tendrían que haber invitado a Mercedes Galdós, es mejor exaltar las excelencias de la tierra, los espárragos de Lodos y los asesinatos del comando Nafarroa, del que Galdos formaba parte. Galdos se confesó autora de 17 asesinatos, once se los cuales fueron perpetrados en Pamplona. Puesta en libertad en 2005 en aplicación del Código Penal de 1973, ella merecía que el capítulo dedicado a Pamplona del gran libro de Willy Uribe, Allí donde ETA asesinó, llevara su nombre. También la invitarán a los Sanfermines, pero quizá haya que esperar a que Sortu gane las elecciones a la alcaldía de Pamplona.
Santiago González, EL MUNDO, 8/7/12