ABC 26/04/17
· Los Mossos creen que no estaban preparando ningún ataque en nuestro país
Una denuncia ciudadana relacionada con un supuesto delito de tráfico de drogas contribuyó de manera decisiva a la importante operación policial contra el terrorismo yihadista llevada a cabo ayer en Barcelona, y que conllevó la detención de tres hombres que podrían estar relacionados con los atentados de Bruselas (Bélgica) de 2016, en los que murieron 32 personas.
· Se practicaron nueve detenciones, nueve vinculadas al tráfico de drogas
Además de estos tres detenidos, los Mossos d’Esquadra, en una operación tutelada por la Audiencia Nacional en la que participaron 350 agentes, arrestaron a otras seis personas vinculadas con el tráfico de drogas.
Según fuentes policiales, la investigación comenzó hace ocho meses con la denuncia de un ciudadano que sospechaba de un posible delito de tráfico de estupefacientes. Las pesquisas de los Mossos se cruzaron con los datos de la Policía belga, que halló vinculaciones entre los responsables de la masacre de Bruselas y algunos marroquíes residentes en Cataluña.
Tres armas de fuego
En concreto, se sospecha que tres de los detenidos ayer tuvieron relación directa con Yassime Atar, acusado de dar apoyo logístico en los atentados del pasado año, y ahora encarcelado en Bélgica a la espera de juicio. Yassime Atar es hermano de Oassama Atar, huido de la Justicia y considerado el cerebro de la matanza de 2016. Según precisó el consejero de Interior de la Generalitat, Jordi Jané, no se tiene constancia de que los detenidos tuviesen intención de llevar a cabo un atentado en España.
Respondiendo a un perfil que ya comienza a ser habitual en otras operaciones similares, los detenidos –ocho personas de nacionalidad marroquí y otra española, todas residentes en el Barcelona y su área metropolitana desde hace al menos veinte años– combinaban una doble faceta: su radicalización yihadista con una actividad delincuencial relacionada con el tráfico de drogas, en este caso concreto de hachís. De hecho, en los doce registros practicados se incautaron grandes cantidades de dinero, drogas, tres armas de fuego y material informático.
La investigación policial, en la que junto a los Mossos ha colaborado la Policía Nacional y la Policía Federal Belga, se precipitaba ayer a las cuatro y media de la mañana. Uno de los registros, por ejemplo, se producía en el popular barrio de Sant Antoni, en el centro de Barcelona, en medio de la conmoción vecinal. El casero de uno de los detenidos declaraba haber sentido extrañeza por el hecho de que cuando llamaba por teléfono interesándose por asuntos del piso, el inquilino se encontraba en muchas ocasiones en Bruselas. «Se lo dije al presidente de la comunidad de vecinos, un día tendremos un susto», apuntaba ayer a los medios.
Además de a Bruselas, los detenidos hacían frecuentes viajes a Marruecos, país al que agentes de los Mossos se han desplazado para participar, junto a la Policía marroquí y la Policía Nacional, en los registros de viviendas de los detenidos.
Se estima que no será hasta mañana cuando los detenidos comparezcan en sede judicial, acusados, según precisó el consejero de la Generalitat, de delitos de pertenencia a organización terrorista, grupo criminal relacionado con el tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, blanqueo y apropiación indebida.
El alcance de la investigación inicial llevó a los Mossos a dar cuenta de sus pesquisas a la Audiencia Nacional, que impulsó la creación de un grupo de coordinación junto a las autoridades belgas bajo el paraguas del programa de la UE Eurojust, y en la que los servicios antiterroristas del CNP ejercieron de enlace. Los Mossos dieron cuenta de sus investigaciones al Centro Nacional de Inteligencia.