EL MUNDO – 23/06/16
· El independentismo catalán no desaprovechó el escándalo de la conversación grabada entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso.
· Convergència y Esquerra se unieron al resto de la oposición para pedir la dimisión del ministro, pero el ex president Artur Mas vio también en el caso una ocasión para pedir que se archiven las querellas que penden sobre él y varios de sus lugartenientes por organizar la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014.
Convergència relacionó las escuchas con el 9-N desde la escenografía: Mas y el resto de querellados por aquellos hechos –el candidato a las generales, Francesc Homs, la ex vicepresidenta Joana Ortega y la ex consellera de Enseñanza, Irene Rigau– comparecieron junto al ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias, para dar su opinión sobre los hechos. Todos ellos, en opinión del ex presidente de la Generalitat, han sido perjudicados por un «contubernio político, judicial y mediático» para tratar de frenar el independentismo.
Tras afirmar que CDC «es el principal objetivo de destrucción del Estado español», Mas añadió que «todo está conectado con las urnas del 9-N» y pidió dimisiones. No sólo del ministro del Interior, sino también de «todos los implicados en la trama y los que tuvieran conocimiento de ella». Cuando se le preguntó si se refería a Mariano Rajoy, Mas contestó que «según el ministro, La Moncloa estaba al corriente».
Además, el ex president exigió que se archive la causa del 9-N porque «tiene motivaciones políticas y no judiciales», e hizo un ruego al próximo Congreso de los Diputados: «Que no vote a favor del suplicatorio para que Homs pueda ser procesado [por el 9-N]; sería una vergüenza».
En su comparecencia inicial, Mas no citó ni una vez el nombre de De Alfonso, que él mismo propuso como director de la Oficina Antifraude de Cataluña con el apoyo de casi todo el Parlament. Cuando se le recordó, dijo: «Eso demuestra que cuando ponemos a personas a vigilar el fraude no ponemos a gente a nuestro servicio». De Alfonso parece sentenciado: aunque ayer afirmó que «no hay base legal» para sustituirle, hoy comparecerá ante la Cámara catalana, que ya ha iniciado el trámite para relevarlo.
En otro acto, el presidente de la Generalitat no fue menos duro: Carles Puigdemont calificó los hechos de «un GAL mediático que tiene un señor X, que es el señor Fernández Díaz, y probablemente otro señor X que se llama Rajoy».
La reacción de Oriol Junqueras siguió los mismos parámetros. Pero el líder de ERC y vicepresidente de la Generalitat sí exigió claramente la dimisión de Rajoy, además de la de Fernández Díaz, por haber «conspirado y utilizado el Estado de forma ilegítima», de forma similar, añadió, a como el PP «lo hizo con el atentado del 11-M, mintiendo y falseando la verdad». Junqueras, católico practicante, añadió sobre el ministro del Interior: «Si de verdad es creyente, sabrá que lo que ha hecho no tiene perdón de Dios».
EL MUNDO – 23/06/16