EL CONFIDENCIAL 05/09/13
Los independentistas catalanes se han conjurado para que el próximo 11 de septiembre sea un día sonado. Quieren que sea algo más que la Diada de Cataluña, es decir, el día de la comunidad. Si la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ya organizó el año pasado la mayor manifestación a favor de la independencia que se ha llevado a cabo hasta la fecha, la próxima semana quiere romper moldes. Y para ello contará con la ayuda del Gobierno que preside Artur Mas.
Según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes, el Ejecutivo catalán es el primer interesado en que las cosas salgan bien en esta Diada, ya que el presidente autonómico se juega su carrera política. El trabajo de campo lo llevan haciendo tanto la ANC como otras organizaciones cívicas durante los últimos meses, entre ellas Òmnium Cultural. Y si este 11-S las cosas no salen medianamente bien, Mas no tendrá ni legitimidad ni fuerza política para plantear al presidente español, Mariano Rajoy, un referéndum independentista ‘por las bravas’.
Así pues, el Gobierno catalán guarda algunos ases en la manga para asegurarse el éxito. El más importante de ellos es un corte de las principales vías de comunicación el 11 de septiembre para permitir la Via Catalana. Con este nombre se conoce a la cadena humana convocada por la ANC que debe unir el norte con el sur de Cataluña, es decir, las localidades de El Pertús y Les Cases d’Alcanar, a través de la nacional 2 y de la N-340. Si la circulación no se paraliza en algunos tramos de esas vías, la cadena no podrá realizarse materialmente, por lo que la intención del Ejecutivo es cortar al tráfico algunos tramos de las dos carreteras más importantes.
Ello traerá como consecuencia problemas de tráfico para los ciudadanos que no quieran participar en la cadena y que intenten desplazarse por las principales carreteras de la comunidad. La solución que ha encontrado el Gobierno de Mas es hacer que las autopistas levanten las barreras de los peajes y sean gratuitas desde la 1 del mediodía hasta las 7 de la tarde. O sea, lo que no han conseguido continuas manifestaciones ni iniciativas parlamentarias de varios grupos (la gratuidad de las autopistas catalanas para aliviar los bolsillos de los contribuyentes) lo ha logrado el Gobierno catalán tan sólo con un par de conversaciones informales con la compañía Abertis, que es la propietaria de los peajes, para ayudar a que la jornada de reivindicación de la independencia sea un éxito.
Una negociación ultrarrápida
“No ha habido ninguna orden del Gobierno para que se levanten las barreras durante la Diada”, aseguran a El Confidencial fuentes del Gobierno catalán. Y no les falta razón. No ha hecho falta, ya que todo se ha arreglado con dos reuniones de alto nivel, según han confirmado a este diario varias fuentes. “Hubo conversaciones y en la compañía son conscientes de que en un día tan señalado y con los problemas de tráfico que se esperan, más vale no poner problemas”, asegura una de estas fuentes.
Ferran Civit, miembro de la ANC, confirmó ayer que su organización había pedido al Gobierno el cierre de las vías terrestres por las que discurre la cadena independentista desde las 3 de la tarde, aunque habrá disponible un carril de vehículos para emergencias. Otras fuentes consultadas por este diario, no obstante, avanzan ese cierre a la una del mediodía. Carme Forcadell, presidenta de la entidad, señaló, por su parte, que el propósito de la Via Catalana es “acelerar el proceso para convocar la consulta soberanista lo más pronto posible”. Así consta, además, en las bases de este movimiento, presentadas el pasado 20 de agosto: “La Via Catalana hacia la Independencia es una movilización que pretende, tal y como su nombre indica, conseguir avanzar en el camino hacia un Estado independiente. El objetivo de la cadena humana del 11 de Septiembre es convertirse en la antesala de la independencia y hacer que la consulta se lleve a cabo lo más rápido posible”.
Según el calendario de la jornada que ayer hicieron pública los organizadores, la cadena tendría que formarse a las 17 horas y treinta minutos. Después se realizarán tres actos políticos simultáneos: en El Pertús, en Amposta (Delta del Ebro, al sur de Cataluña) y en la plaza de Cataluña de Barcelona, frente a la sede del Gobierno catalán.
La ANC, según sus responsables, ha movilizado a más de 800 fotógrafos para inmortalizar el momento y habrá 24 unidades aéreas para sacar fotografías. Este despliegue, según la ANC, es sufragado exclusivamente por los socios y simpatizantes de la entidad soberanista.