EL MUNDO – 22/09/14
· Advierte a PP y PSOE de que la Constitución «no puede silenciar a un pueblo» y convocará la consulta «en días».
Artur Mas explicó ayer en Cardona (Barcelona) por qué no se siente aludido cuando el Gobierno subraya, como hizo el sábado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que es presidente de la Generalitat «porque la Constitución se lo permite». Mas se retrotrajo a las instituciones medievales catalanas para afirmar: «Soy el presidente 129 de Cataluña».
El Govern se indignó con las declaraciones de Sáenz de Santamaría porque considera que la Generalitat entronca directamente con la institución creada a mediados del siglo XIV, de la que Berenguer de Cruïlles está considerado el primer presidente.
Aunque fue suprimida por el Decreto de Nueva Planta que Felipe V promulgó en 1716 tras la Guerra de Sucesión, la Segunda República recuperó el nombre de Generalitat en 1931 para designar a la autonomía catalana de nuevo cuño. Lo mismo pasó en 1977, tras la muerte de Franco pero antes de la aprobación de la Constitución, como les gusta recordar a los actuales dirigentes del Ejecutivo catalán.
El escenario en el que ayer habló Mas, además, era idóneo para evocaciones históricas. El president se desplazó hasta el castillo de Cardona, última de las grandes fortalezas catalanas que capituló en 1714 ante las tropas borbónicas. Allí afirmó que la legitimidad, en contra de lo que dijo la vicepresidenta del Gobierno, no se la da la Constitución de 1978, sino la historia.
Por todo ello, Mas explicó ayer que el Gobierno no debería usar la Carta Magna para «silenciar al pueblo de Cataluña», en alusión a la consulta soberanista que planea celebrar para el 9 de noviembre. Tampoco ayer acabó con la incertidumbre de cuándo oficializará la convocatoria de ese referéndum: consciente de que ese gesto activará el mecanismo que terminará muy probablemente con el veto del Tribunal Constitucional (TC), se limitó a decir que firmará el decreto a lo largo de esta semana.
Mas dividió su discurso entre alusiones históricas y demandas al Gobierno español de que permita votar el 9-N. Instó, por ejemplo, a Mariano Rajoy a seguir el ejemplo del primer ministro británico David Cameron y ser ante todo «demócrata» permitiendo la consulta.
Según Mas, «no se trata de saltarse los marcos legales, sino de utilizarlos para poder escuchar la voz de un pueblo que quiere hablar». Incluso afirmó, en referencia al TC, que una interpretación de la Constitución distinta a la que hace el Ejecutivo central permitiría a los catalanes votar, informa Europa Press.
En la línea que ha seguido en las últimas semanas, el presidente de la Generalitat aseguró que la legislación actual debería permitir la votación que él promueve. Y se preguntó: «Un marco como una Constitución democrática ¿puede ser bueno cuando se usa para que un pueblo que quiere hablar no pueda hablar?».
Tras defender que la Ley de Consultas aprobada el pasado viernes es «constitucional y estatutaria» –aunque sólo lo consideraron así los miembros del Consejo de Garantías propuestos por CiU y ERC–, se quejó de que el Gobierno quiera usar la Constitución, en su opinión, para «silenciar al pueblo».
En este punto, Mas retomó las referencias históricas. Fue cuando dijo que, para «ejercer el derecho a decidir», a los partidos catalanes que lo promueven les hará falta «determinación, firmeza, habilidad y astucia». «Todo eso nos llevará, unos cuantos siglos después, a que este pueblo pueda decidir su futuro como nación», agregó.
Escoltado desde la tribuna por la plana mayor del nacionalismo y el soberanismo catalán –le escuchaban Núria de Gispert (presidenta del Parlament), Francesc Homs (portavoz del Govern) y Oriol Junqueras (líder de Esquerra)–, Mas recibió del alcalde de Cardona, Ferran Estruch (ERC), la «llama de la resistencia». El pueblo la mantiene encendida todo el año en honor a los austracistas que defendieron el castillo y la localidad en 1714.
El presidente de la Generalitat también celebró, tal vez en alusión a la situación que provocará la suspensión de la consulta por parte del TC, que los catalanes «no se quedasen petrificados como una estatua de sal» tras la Guerra de Sucesión, y que inmediatamente se pusieran a trabajar para salir adelante.
A la espera de que Mas decida firmar el decreto de convocatoria del 9-N, el acto de ayer demostró que los soberanistas siguen movilizados: el discurso del president fue culminado con gritos de independencia y con la interpretación de Els Segadors.
EL MUNDO – 22/09/14