«Volveríamos a hacer lo que hicimos tantas veces cuantas fuera necesario», desafió Mas, pendiente de ser juzgado por prevaricación y desobediencia junto a la ex vicepresidenta Joana Ortega y la ex consejera de Enseñanza Irene Rigau. Se trata de presuntos delitos que no comportan penas de prisión, pero sí inhabilitaciones para ocupar cargos públicos.
El ex mandatario catalán y las dos ex miembros de su Gabinete declararon como investigados hace casi un año en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que desestimó la semana pasada los recursos que presentaron y abrió la vía para que sean juzgados.
Al igual que otros políticos soberanistas, Mas se desplazará hoy a Madrid para unirse a la comitiva que apoyará a Homs en su comparecencia por cooperar en la organización del 9-N. El actual diputado del Partit Demòcrata Català –nueva denominación de Convergència– dijo que acudirá en representación «del conjunto de un país», es decir, de Cataluña, y no de él mismo. Homs es investigado por el Supremo por gozar de aforamiento al ser parlamentario en el Congreso.
«Esta vez no estaré en el tribunal, sino en la calle, como estabais vosotros en Barcelona cuando fuimos a declarar», recordó Mas ante unas 600 personas congregadas ayer en Arenys de Munt (Barcelona), pueblo reverenciado por el independentismo por ser pionero en las votaciones sobre la secesión que precedieron al 9-N.
«A los que no podáis ir a Madrid, os representaremos», dijo el ex jefe del Gobierno catalán, homenajeado ayer junto a Homs por los promotores de la primera consulta popular sobre la independencia, celebrada hace siete años.
En su discurso, el ex president sostuvo que la Generalitat no actuó «como unos hooligans con el trabuco en la mano» y negó que desoyese una resolución judicial poniendo urnas en lo que entonces calificó como «proceso participativo» para burlar la prohibición de la Justicia de celebrar una consulta sobre la independencia.
«Estoy convencido de que no desobedecimos al Constitucional», esgrimió el ex mandatario, «pero de lo que estoy seguro, y por eso no debemos ser juzgados por un tribunal, es que obedecimos al pueblo de Cataluña, que nos pidió votar para decidir el futuro político de este país. Obedecer al pueblo es lo que debe hacer cualquier demócrata».
Mas arremetió contra el Gobierno por oponerse a pactar con la Generalitat un referéndum de autodeterminación, idea que su sucesor al frente del Ejecutivo autonómico, Carles Puigdemont, reflotó justo antes de la última Diada, pese a contradecir con ello la hoja de ruta de Junts pel Sí de proclamar la ruptura con el resto de España de forma unilateral e inminente. «Después de cinco grandes movilizaciones, de la consulta de Arenys de Munt que se extendió a más municipios y de tres convocatorias en las urnas, el Estado español no se ha movido para sentarse en la mesa y hablar civilizadamente para que Cataluña pueda votar», reprochó ayer Mas.
El ex president propuso contraponer «movilizaciones cívicas y una fuerte convicción» a favor de «decidir el futuro» de Cataluña ante las autoridades del Estado, a las que acusó de querer «desprestigiar a los principales líderes de Cataluña a base de manipulaciones y maquinaciones oscuras, impropias de un país democrático».
Con un abierto perfil victimista, se refirió también a la operación Cataluña, como los convergentes denominan un supuesto complot para asociar con la corrupción a nombres destacados de CDC y ERC, y que fundamentan en las grabaciones filtradas de las conversaciones entre el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y Daniel de Alfonso, ex director de la Oficina Antifraude de la Generalitat catalana.
«PROCESO POLÍTICO»
A 24 horas de declarar, Francesc Homs reiteró que la causa es «un proceso político» contra el independentismo y aseguró que el proyecto soberanista «está amenazado por órganos jurisdiccionales que no entienden ni quieren entender que la democracia es la pauta que debe guiar a un país».
«Mirando a esa gente a los ojos», expresó el diputado en referencia a los miembros del tribunal, «les podré decir que representamos unos valores, una determinación, una voluntad que es inalterable e insobornable, que es la de la libertad de nuestro país a través de las urnas para alcanzar un Estado que nos merecemos y necesitamos».
A criterio de la Fiscalía, Homs «tuvo un comportamiento consciente e intencionado de indudable trascendencia» para que la votación del 9-N se llevara a cabo, aun siendo desautorizada por el Constitucional. El Ministerio Público se basa en una carta en la que el ex consejero y anterior portavoz del Gobierno catalán emplazaba a seguir con su trabajo a la empresa contratada por la Generalitat para diseñar el programa informático del referendo, a pesar del pronunciamiento en contra del Tribunal Constitucional.
Se espera que el parlamentario sea acompañado hoy hasta las puertas del Supremo por tres miembros del Ejecutivo de Puigdemont, así como por la coordinadora general del PDC, Marta Pascal; el diputado de ERC Joan Tardà, y el ex alcalde de Barcelona Xavier Trias, entre otros. Homs contará también con el respaldo de representantes de las principales entidades soberanistas.
Pese a que Mas y Homs predicaron a favor de la rebeldía frente al Estado en Arenys de Munt, evitaron mezclarse en un acto previo que se produjo en el mismo escenario. Media hora antes, los organizadores de la consulta popular en el pueblo presentaron un manifiesto a favor de la vía «unilateral» que preconiza que Cataluña rompa con el resto de España antes del 13 de septiembre de 2017. Ayer no lo suscribió ningún partido ni organización.