EL MUNDO 09/05/2013
· Asegura que el TC «cuestiona la voluntad de las urnas» al suspender la Declaración.
«Pedimos que la ley no se use para hacer frente a la democracia», repetía Artur Mas durante la última campaña electoral para defender su consulta independentista. Y ayer llevó a la práctica esa distinción conceptual entre ley y democracia cuando se rebeló contra el Tribunal Constitucional (TC), que había dejado en suspenso la declaración soberanista que aprobó en enero el Parlament, y consagró la constitución de una comisión en la Cámara para estudiar el «derecho a decidir».
La decisión del TC cayó como una bomba, poco después del mediodía, en el Pleno parlamentario que ayer se celebraba en Cataluña. El presidente de la Generalitat no se hizo de rogar y, buscando un tono solemne, anunció que no iba a modificar sus planes: CiU y ERC han pactado que este año crearán «estructuras de Estado» e intentarán convencer al Gobierno español de que autorice la consulta. Si no lo consiguen, la convocarán unilateralmente en 2014.
En su comparecencia, Mas cargó contra el TC con una inquina que recordó a los tiempos de la sentencia del Estatut. «Es tremendamente preocupante que un Parlamento elegido y constituido democráticamente no se pueda ni pronunciar ni aprobar una declaración», afirmó el president. Poco después, confirmó que «pese a los obstáculos, no vamos a congelar nada, el camino sigue».
Con la misma filosofía que presidió toda su campaña electoral, Mas aseguró ayer que el Alto Tribunal «cuestiona la voluntad de las urnas», y subrayó que, en su opinión, el TC se está alejando de su papel de «árbitro». Y le advirtió acerca de la decisión final que tome, para la que dispone de un tiempo máximo de cinco meses: «Difícilmente la mayoría del pueblo catalán entendería que declaraciones como éstas sean impugnadas y finalmente suspendidas».
Mas subrayó también que el pronunciamiento suspendido «no es ninguna declaración de independencia, sino una declaración política que se basa en lo que expresó mayoritariamente el pueblo en las urnas», obviando que CiU perdió 12 diputados en las últimas elecciones cuando había previsto acercarse a la mayoría absoluta. La presidenta del Parlament, Núria de Gispert, remachó los argumentos de Mas anunciando que hoy la junta de portavoces de la Cámara decidirá si alega contra la decisión del TC, que ya de entrada juzgó carente de «sentido político» y de «hecho sin precedentes».
Los partidos que no firmaron la declaración de soberanía, el PSC, el PP y Ciutadans, celebraron en mayor o en menor medida la decisión del Tribunal Constitucional. El líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, afirmó que él ya había advertido sobre la declaración.
«Lo que mal empieza, mal acaba. CiU y ERC sólo pretendían incrementar el grado de confrontación entre Cataluña y el resto de España, con la ayuda inestimable del Gobierno del Partido Popular», dijo Navarro tras conocerse la decisión del TC.
El PSC votó en contra de esta declaración de soberanía del Parlament porque consideró inasumible y contrario a la Constitución un texto que erige a Cataluña en «un sujeto político y jurídico soberano». «Nuestra declaración, que sí sigue vigente, garantiza que el Govern tiene que negociar con Mariano Rajoy para celebrar la consulta», recordó Navarro, invocando el texto que provocó la división de voto entre el PSOE y el PSC en el Congreso y que luego se llevó a la Cámara catalana.
Se daba la circunstancia de que pocas horas después de que se conociera la decisión del TC estaba prevista la votación de la comisión parlamentaria sobre el derecho a decidir, el enésimo eslabón en la cadena que construyen CiU y ERC desde que empezó la legislatura. Con la resolución en la mano, los únicos dos partidos que no apoyaban esa comisión, PP y Ciutadans, pidieron que el Parlament anulase ese punto del orden del día.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, entiende que el TC dejó en suspenso ayer no sólo la declaración de soberanía, sino todas las acciones que se derivan de ella. «Deben suspender también el Consejo Asesor para la Transición Nacional, que es consecuencia directa de esa declaración», dijo. Sin embargo, el debate de la tarde tuvo finalmente lugar y la comisión se constituyó.
EL MUNDO 09/05/2013