EL MUNDO – 31/12/14
· Utiliza el 9-N para presionar a Junqueras y dice que «el Estado nos quiere divididos». Elude hablar de elecciones pero anuncia que en semanas tomará decisiones «no exentas de riesgo».
El president de la Generalitat, Artur Mas, aprovechó ayer su tradicional discurso de fin de año para elevar la presión sobre una ERC que se resiste a aceptar su propuesta de concurrir unidos a unas elecciones plebiscitarias como paso sine qua non para avanzar hacia el nuevo Estado catalán.
Mas se ha reunido a lo largo de diciembre hasta en tres ocasiones con el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, sin que de los encuentros –el último se celebró el pasado sábado en el Palau de la Generalitat– hayan salido resultados concretos. Una situación que intentó ayer desbloquear a través de un mensaje en el que eludió mencionar las elecciones anticipadas y exhibió sus diferencias con los republicanos, a quienes advirtió públicamente de que el destino del proceso soberanista pasa por demostrar «unidad».
El jefe del Ejecutivo autonómico, que no mencionó las siglas de ERC en ningún momento, recurrió a la consulta alternativa celebrada el 9 de noviembre para advertir a Junqueras de que, como sucedió entonces, se requiere la «implicación» de la sociedad civil y de los partidos políticos para sortear los «obstáculos». Una actitud de la que cree que ahora se debe «tomar buena nota» y entender que «la unidad suma, nos hace ser más fuertes y nos permite avanzar de manera más sólida».
Aunque Mas arrancó su discurso con la mejoría económica, la bajada en los datos de desempleo, la persistencia «de las desigualdades sociales» y el papel de la Generalitat como «puntera de la regeneración democrática» –pese a la losa que supone el caso Pujol–, el mandatario dedicó la mayor parte de su mensaje de fin de año al desafío soberanista con el Estado y a intentar convencer a los republicanos para que den su brazo a torcer a favor de su hoja de ruta personal.
Según explicitó en su alocución, «la unidad es lo que más teme el Estado», al cual acusó de haber activado «toda la maquinaria institucional» contra «un ejercicio de autoafirmación, de respeto, de democracia y de libre opinión en libertad», como cree que fue el 9-N. Ante ese escenario instó a ERC a aceptar su propuesta, ya que «el Estado nos quiere divididos, cada uno por su cuenta». Cabe recordar que los republicanos defienden que cada formación favorable a la secesión concurra con una lista electoral propia, pero con la independencia como objetivo común.
Como sucedió también con la convocatoria del 9-N –«nunca habíamos llegado tan lejos», dijo–, el president también se arrogó ayer las consecuencias que puedan tener las «nuevas decisiones complicadas y no exentas de riesgo» que anunció que tomará en las próximas semanas. Entre esas decisiones, y una vez superadas las fiestas navideñas, se prevé que se incluya su opinión final sobre si avanzar elecciones al Parlament de Catalunya –tal y como le reclaman ERC y las organizaciones soberanistas ANC y Òmnium– o agotar la legislatura actual, como le exigen sus socios de Unió (UDC).
«Si entonces [el 9-N] no dudé en asumir personalmente las decisiones que creí más adecuadas», dijo, pese a que «el camino hasta el 9 de noviembre estaba lleno de obstáculos, muchos externos y algunos internos», en esta ocasión, aseguró, también asumirá la responsabilidad «en los próximos pasos que nos toca hacer como país». Mas, en todo caso, dejó en el aire hacia dónde decantará la balanza sobre las elecciones anticipadas y se limitó a señalar que «serán sólo vuestros votos, cuando llegue el momento, los que configuren los escenarios de futuro que deben seguir guiando las riendas del país».
Horas antes de que se emitiera el discurso de Mas, el propio Junqueras le hizo llegar su mensaje a través de una entrevista concedida a la agencia Europa Press. En ella, el líder republicano exigió la convocatoria «lo antes posible» de elecciones al entender que esperar hasta otoño «sería un daño para la sociedad catalana, para la economía catalana y para las instituciones del país».
Según el presidente de ERC, «retrasar el proceso de independencia no ayuda en nada a nadie, a no ser que se esté en contra de la independencia de Cataluña». El portavoz del Govern, Francesc Homs, le respondió directamente en rueda de prensa y reclamó a los republicanos «menos exigencias, menos titulares y más actitud para llegar a acuerdos».
EL MUNDO – 31/12/14