ABC 22/12/12
«¿Quiénes son ustedes para impedir una consulta?», preguntó a los populares.
El mayor desafío Sánchez-camacho califica el referéndum de CIU-ERC como el mayor desafío a España de la historia.
Duro enfrentamiento entre Artur Mas y Alicia Sánchez-Camacho. O lo que es lo mismo, entre la deriva independentista de CiU y sus aliados republicanos, y la defensa de la legalidad vigente. El diálogo entre el dirigente nacionalista y la presidenta del PP catalán fue el preámbulo de la investidura de Mas como presidente de la Generalitat en un Parlamento catalán claramente dividido, pues fue votado por 71 diputados (los que suman CiU y ERC), mientras que otros 63 votaron en contra (PP, PSC, Ciutadans, ICV y CUP).
A partir de ahora se abre una legislatura basada en el guión impuesto por los republicanos, con quienes CiU firmó un acuerdo que incluye la convocatoria de un referéndum sobre el Estado propio catalán en 2014. La líder del PPC tildó esta iniciativa como «el mayor desafío a España de la historia» y advirtió de que «una consulta independentista es un engaño, será la legislatura de la frustración porque no podrá llevarse a cabo. Es un acuerdo que prioriza la independencia y el Estado propio al Estado del bienestar, con una política fiscal que afecta a la productividad». En este sentido, avisó de que la clase media será la primera golpeada con este acuerdo, en alusión a los nueve impuestos nuevos que prevé el pacto con ERC.
Tras recordar al líder de CiU que el próximo lunes deberá prometer la Constitución durante su toma de posesión como presidente, Sánchez-Camacho aseguró que hará todo lo posible para que esa consulta no se lleve a cabo e instó al PSOE a impedir que el PSC, que anunció que se abstendrá en las votaciones sobre el derecho a decidir, sea cómplice de esa deriva independentista.
«¿Quiénes son ustedes para impedir la consulta?¿Quiénes son ustedes para impedir que la voluntad mayoritaria del pueblo de Cataluña tenga que ser silenciada?», preguntó Mas a las filas populares en un tono desafiante. «No me vengan con constituciones –añadió–, porque saben que las constituciones, si es necesario, se cambian y siempre se interpretan», y puso como ejemplo la legalización de los matrimonios gais, algo que la Carta Magna niega «taxativamente», o la reforma pactada entre PP y PSOE «por orden de Merkel» para ajustar el déficit.
«Una manera de no separar sería eliminar el Estado español y entonces acabaríamos teniendo un día el Estado europeo. El día que ustedes propongan que no haya Estado español, yo también contemplaré la posibilidad de que Cataluña no necesite tener un Estado», manifestó Artur Mas, quien añadió: «¿Por qué puede haber un Estado español y Cataluña no puede aspirar a tener un Estado? ¿Por qué?¿Por qué unos son los buenos y los otros no?».
El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, también fue muy duro con la ruta separatista de Mas, Y al igual que Sánchez-Camacho, también hizo un discurso en catalán y castellano. Rivera pidió al líder de CiU la dimisión por ser «un gestor fracasado» que perdió doce diputados en las urnas. «Usted es el Ibarretxe catalán. Lo que ocurre es que todavía no tienen al Urkullu catalán, pero ya llegará», dijo. El líder de Ciutadans cree que la alianza CiU-ERC «no es un gobierno, es un comité de operaciones cuyo objetivo es la sedición, no sé si es el Equipo A (serie de televisión)… Lo que necesita Cataluña es un plan estratégico para levantar Cataluña y España, y no para levantar fronteras y dividir a la gente».
Navarro, jefe de la oposición
Rivera exigió a Mas crear bienestar en lugar de nación, y a prescindir de subvenciones y embajadas. Finalmente pidió al PSC que rectifique y rechace el derecho a decidir. Precisamente ayer, Navarro pidió formalmente ser el jefe de la oposición porque, según dijo, ERC no puede representar ese papel por sus acuerdos con CiU. Por contra, ICV reclama que se elimine esa figura, que comporta una remuneración a la que renunciaron todos sus titulares anteriores.
Los representantes de ICV y CUP, Joan Herrera y David Fernández, centraron sus intervenciones en los ajustes sociales y, si bien el primero echó en cara a Mas su «austeridad salvaje» y predicar un derecho a decidir excluyente, el segundo reprochó al Ejecutivo de CiU que ocultara, hasta después de las elecciones del 25-N, el recorte de 4.000 millones que aplicará.
ABC 22/12/12