LIBERTAD DIGITAL – 09/09/15 – MIKEL BUESA
· El señor Artur Mas, con ese lenguaje difuso y confuso que suele emplear con frecuencia, ha dicho en una entrevista en Onda Cero que si España pretendiera «lesionar el comercio» con Cataluña -supongo yo que una vez que él, Mas, hubiera logrado su objetivo secesionista-, entonces el perjuicio sería mutuo, pues «la lesión sería por ambas partes». Traducido al español, lo que el dirigente nacionalista viene a señalar es que, cuando Cataluña se haya independizado de España, a los españoles más nos vale cuidar y mantener las relaciones comerciales con su república, pues en caso contrario todos saldremos perdiendo.
Lo malo de estas declaraciones de Mas es que tiene razón: todos perderemos de manera inevitable con la independencia de Cataluña, pues desde ese momento la que ahora es región española dejará de estar integrada en el espacio económico europeo, aparecerán unas fronteras que ahora no existen y se desencadenarán todos los demonios económicos que conducirán a una reducción de los intercambios comerciales. Sin embargo, lo que Mas presenta como una equivalencia -todos perdemos- en realidad será una desigualdad, pues los catalanes perderán mucho más que el resto de los españoles.
En mi libro La pachorra conservadora, que dentro de unos días distribuirá La Esfera de los Libros, hago los números pertinentes con la última información disponible -la de la Tabla Input-Output de 2011 que este mismo año ha publicado Idescat-. Los resultados muestran que Cataluña verá reducidas sus exportaciones en casi una cuarta parte, perderá por ello un 16,4 por ciento de su PIB, lo que dejará secuelas, por falta de recaudación, en un déficit público monumental. Estimulado por las declaraciones de Mas, he hecho los mismos cálculos para esa España coja de Cataluña y la cuenta señala que, como mucho, si no hay desplazamientos de empresas hacia nuestra geografía, la pérdida comercial dañará un 2,1 por ciento de nuestro PIB.
Esto es lo que tiene la asimetría: unos luchamos por no perder dos de cada cien euros de nuestra renta, mientras que otros están dispuestos a dejarse dieciséis en el empeño. Como diría Astérix: estanbojosaquests catalansnacionalistes!