Manuel Montero-El Correo
- Un vistazo por internet permitiría al líder de EH Bildu comprobar que las series no lo son todo. Las policías sueca, noruega y danesa llevan pistola
Por lo que se ve, Otegi se ha tomado en serio su destino histórico de llegar a lehendakari de los vascos. Cabe suponer que su imaginario no es el del terrorista arrepentido que se hace pacifista y demócrata, pues le supondría un enorme salto en el vacío y no se le aprecian arrepentimientos, que suelen proclamarse en alta voz y de forma dolorida. Tampoco le encaja la figura del exterrorista carismático que de pronto (o poco a poco) llega a la convicción de que lo importante es la reconciliación y criticar el pasado violento. No. Este hombre no es de reconciliaciones ni zarandajas. En sus ensoñaciones, seguramente su currículum ideal será el de un joven concienciado y practicante del terror, que maniobraría con habilidad para liberar a su pueblo, adaptándose a cada circunstancia y enalteciendo cada uno de sus pasos, incluyendo el abandono de las armas por razones estratégicas, en su camino a lehendakari.
Hasta es posible que lo consiga, habida cuenta la impudicia de quienes estaban obligados a exigir la completa ruptura con el terrorismo, su condena, así como a mantener el recuerdo y sacrificio de quienes resistieron a ETA. Ahora parecen dispuestos a admitir a los secuaces de la banda como adelantados a la democracia y se indignan si se recuerda que el terrorismo existió, asesinó, extorsionó, combatió la democracia …
Así que el protolehendakari se está preparando para ese momento sublime en el que jure en Gernika el cargo, a los gritos colectivos de ‘jo ta ke, irabazi arte’, ‘zuek faxistak, zarete terroristak’ y otros clásicos alegres y combativos. Como todavía no hay tradición, podrían ahorrarse el desfile nocturno con antorchas.
Se nota que se está preparando para el cargo. Le preocupa especialmente cómo tiene que comportarse la Ertzaintza. Seguramente, su relación vital con la violencia y las armas le hace muy sensible a esta materia, al margen de que el insulto ‘zipayo’ fue uno de los más queridos por su feligresía y se sentirá muy sensible al respecto.
Por lo que se colige, el aspirante a lehendakari se informa del funcionamiento policial viendo series televisivas. Va a las fuentes. Encuentra que en tales documentos las policías nórdicas son envidiables, no como las americanas y españolas; aquellas no llevan armas, estas sí. La conclusión lógica de su análisis sería la de que en las series americanas y españolas dejasen de salir policías con pistolas, así todos contentos, pero se conoce que para él las series son un fiel reflejo de la realidad. Sin grandes sofisticaciones intelectuales, quizás las estudia obsesivamente.
Aspirará a una policía sin armas, quizás dedicada a ayudar a las ancianas a cruzar la calle, a tomar unos vinos con los delincuentes y a bajar los gatos que se suben a los árboles. ¿Un idealista sobrevenido? Sin embargo, tanto reparo con las pistolas de la policía suena a cinismo puro y duro, viniendo de un sujeto cuyo punto de partida fue la familiaridad con el terrorismo, al que nunca criticó el uso de las armas. En realidad, es un sarcasmo, en su sentido literal: «Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo». Los ofendidos somos los ciudadanos y la burla resulta sangrienta dada la índole de la materia. Las armas le horrorizan si las lleva la policía.
El terrorismo es otra cosa, argumentará. Y podrá defenderse asegurando que en las series nórdicas los terroristas salen armados, por lo que en este subsector profesional no hay diferencias significativas.
Un breve vistazo por internet le permitiría comprobar que las series no lo son todo. En las nórdicas también saldrán armados, puesto que desde el 1 de julio pasado la policía noruega lleva pistolas en el servicio diario, bien que con la advertencia de que no se utilizarán como primer recurso, lo que parece pertinente y previsión a imitar, en el caso de que no se practique aquí. En Suecia los policías llevan pistola, salvo los que no aprueban el examen de tiro, lo que también resulta muy recomendable, no sea que se pongan a disparar y paguen justos por pecadores; sin embargo, allí la opinión pública se queja de que así hay agentes de policía que patrullan sin armas, lo que no consideran conveniente. En Dinamarca también las llevan, con la salvedad de que el equipo incluye un arma nueva.
La realidad es tozuda y va armada, por lo que parece más interesante formarse a partir de la visión de series y de películas. El aspirante podría ver ‘Los Diez Mandamientos’, para tomar nota de cuando Moisés baja del Sinaí con las tablas de la ley y se encuentra al pueblo elegido adorando el becerro de oro, por si acaso; ‘Parque Jurásico’, para modernizar su visión del mundo, y ‘Psicosis’, por si todavía quedan por aquí asesinos en serie. Las películas de Harry Potter le informarán sobre los últimos adelantos de la magia adolescente.