EL MUNDO 26/03/14
SANTIAGO GONZÁLEZ
Era de temer que las analogías desprejuiciadas acabarían llevándonos a esto. Margallo afirmó que entre Crimea y Cataluña existe un «paralelismo absoluto», justo al día siguiente de que Crimea, con el apoyo de Rusia, celebrara un referéndum para separarse de Ucrania y volver a Rusia. El referéndum es esa ilegalidad que aquí, según Margallo, nunca se va a celebrar. ¿Paralelismo catalán con la política de hechos consumados en Crimea? España, ¿iniciará una retirada ordenada de sus tropas de Cataluña como lo ha hecho Ucrania en Crimea, al día siguiente de la consulta?
La condición de Margallo de Portavoz para Asuntos Catalanes no es estrictamente una ocurrencia propia. La tiene pactada con el presidente y consiste en hacer una ofensiva diplomática para que nuestros socios de la UE nos saquen las castañas independentistas del fuego. Claro que los países de la Unión pensarán que el primer interesado debería ser el Gobierno español y si éste no se opone, no se imagina uno a Alemania tomándose como una cuestión de honor la unidad de España.
El Tribunal Constitucional fallaba ayer por unanimidad contra la declaración de soberanía del Parlament, por vulnerar los artículos 1.2 y 2 de la Constitución. El TC acepta el derecho a decidir si se entiende en términos constitucionales. Uno entiende al presidente Rajoy y su temor a que esto vaya a terminar en una frustración colectiva de los obnubilados por Mas y no quiere ser considerado el culpable, pero mucho me temo que ni las sentencias del TC ni la conocida posición de la UE van a eximirle de la inquina soberanista, aunque CiU se entretenga llamando «agitadores políticos» a los magistrados del TC, quizá porque sale gratis.
Los vascos también quieren ser Asunto del Foreign Office, también sueñan con mediación internacional en su conflicto. Para rendirse a Franco en Santoña eligieron como interlocutor al ejército italiano, no digo más. De ahí que la europarlamentaria del PNV Izaskun Bilbao reclamara ayer un arbitraje europeo para Euskadi y Cataluña y sus respectivos contenciosos con España.
Todo no son ocurrencias de Margallo, por extraño que resulte ver al Gobierno de España clasificando Asuntos Exteriores los de Cataluña y encargando su gestión al Ministerio que regenta. ¿Se encargará a Interior la negociación con el Reino Unido del futuro de Gibraltar?
Tal vez los viejos problemas necesiten ojos nuevos. «No sabiendo los oficios/ los haremos con respeto», ya lo decía León Felipe: Cualquiera vale / cualquiera, menos un sepulturero. A mí ya no me extraña que Mas, intelectual alternativo, haya designado al conseller de Agricultura para defender el soberanismo en el Congreso el día 8, pero, ¿no tendrán Margallo y Rajoy la impresión de que les/nos están vacilando un poco?