Carlos Sánchez-El Confidencial
- Las probables elecciones en Madrid tendrán una dirección común por parte del PP, Vox y el PSOE: robarle los votos a Ciudadanos, que hace casi dos años fue la tercera fuerza política
Ninguna elección es idéntica a otra. Cambian los nombres de los candidatos, el contexto económico y político, y ahora, incluso, la situación sanitaria en el momento de la votación. También, por supuesto, el hecho de que se celebren las elecciones coincidiendo con otros comicios, por ejemplo las municipales, o que caigan en un martes en lugar del domingo, que es lo tradicional. Sin contar los recursos económicos disponibles para hacer la campaña electoral o, incluso, la influencia de los medios de comunicación afines, que puede cambiar a lo largo del tiempo.
Pero lo que no cambia es la polarización política por razones ideológicas, que se dirime, en términos clásicos, entre la derecha y la izquierda, aunque, por supuesto, con muchos matices. El adelanto electoral en Madrid, más que probable, se va a jugar en este terreno. Y lo que se sabe es que hace casi dos años, en mayo de 2019, la suma de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) obtuvo 1.637.459 votos, mientras que la izquierda (PSOE, Más Madrid, y Podemos-IU) logró 1.541.121 votos. Es decir, una diferencia de 96.338 votos que pueden ser muy significativos a la hora de repartir los escaños, pero que representan menos del 3% de los que fueron a votar.Esta escasa diferencia, sin embargo, no refleja un elemento cualitativo que se ha colado en el 4-M, y que tiene que ver con el futuro de Ciudadanos, que en estas elecciones, y tras los últimos resultados en el conjunto de España y en Galicia, País Vasco y, sobre todo, Cataluña, es el adversario ‘a trocear’. La víctima propiciatoria. O expresado de otra forma, lo que parece estar en juego es el reparto de los 629.940 votos (tercera fuerza política) que logró el partido de Inés Arrimadas hace menos de dos años, y que hoy parecen inalcanzables.
Desde luego, en esa cuantía. Ciudadanos, de hecho, se quedó en las últimas elecciones autonómicas a solo cuatro diputados del PP y apenas 89.912 votos, lo que indica la importancia de sus electores para los resultados finales. Resultados que serán determinantes en el caso de que Cs —u otros partidos que pueden ser castigados por la polarización del voto-— no alcance el 5% de los votos. La ley electoral madrileña fija ese suelo a la hora de distribuir los escaños.
Grandes ciudades
¿Y dónde se esconde ese botín electoral? El perfil electoral de Ciudadanos es bastante homogéneo. En la única población de más de 250.000 habitantes (Madrid), logró en las últimas elecciones un 19,24%, apenas dos décimas menos que en el conjunto de la comunidad, y prácticamente igual que el 19,43% logrado en las ciudades con más de 50.000 habitantes y menos de 250.000. El único segmento en el que aumentó su porcentaje fue el de las ciudades con más de 10.000 habitantes y menos de 50.000 (un 21,96%), pero obviamente su relevancia en las elecciones es menor que en las grandes ciudades de los alrededores de Madrid, que es, en realidad, donde se juega la partida.
La capital, por muy relevante que sea en términos políticos, y ahí se mantiene el pacto con el PP, representa la mitad de los electores, lo que significa que no solo basta con ganar el centro, sino también la periferia. En particular, los municipios de la zona suroeste (Las Rozas, Majadahonda, Boadilla o Brunete), que es donde Ciudadanos obtuvo sus mejores resultados, un 24,1%, incluso por encima del PSOE, que fue el partido más votado, aunque no pudiera gobernar.
Las candidaturas de Ciudadanos también obtuvieron buenos resultados en la zona sur y el corredor del Henares, donde ganaron en votos al Partido Popular (PP). Sus joyas de la corona, en todo caso, son Las Rozas y Torrelodones, con un porcentaje de voto del 26%.Eso indica que el perfil medio del votante de Ciudadanos se ubica en municipios de renta media y alta. La otra característica tiene que ver con que sus votantes se sitúan ideológicamente cerca tanto del PSOE como del PP, aunque en mayor medida en este último caso.
En el informe poselectoral que hizo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras las primeras elecciones generales de 2019, que se celebraron inmediatamente antes de las autonómicas de Madrid, a la pregunta sobre las dos opciones que barajaron los encuestados a la hora de votar, un 12% dudó entre el PSOE y Ciudadanos, mientras que un 14,6% lo hizo entre Ciudadanos y el Partido Popular, lo que indicaría que los electores encuentran cierta afinidad ideológica. Desde luego, a años luz de Podemos o Vox. Baste como ejemplo que la duda entre el PP y Vox se sitúa tan solo en el 5,1% de los encuestados. Es más, según esa misma encuesta, y ante las dificultades del PSOE para formar Gobierno, se preguntó a los entrevistados qué opción les gustaría para formar Gobierno y el 16,1% se decidió por una coalición PSOE/Ciudadanos, solo por detrás del 20,2% en favor del Partido Socialista con apoyos puntuales de otros partidos.
La foto de Colón
Esto sugiere que el caladero adicional del PSOE en Madrid (salvo que pueda aglutinar el voto útil de Podemos y Más Madrid) está en Ciudadanos, pero sobre todo el del PP, aunque la irrupción de Vox en las últimas elecciones celebradas en España será un factor determinante. Y es sobre todo del PP porque, como pone de relieve el análisis poselectoral del CIS sobre las autonómicas madrileñas, nada menos que el 22% de los encuestados (el doble que la segunda opción) dudó entre votar al PP o a Ciudadanos.
Hay que tener en cuenta que los excelentes resultados de Cs en 2019 (pasó de 17 a 26 diputados) se produjeron apenas tres meses después de la foto de Colón, que significó una nueva orientación estratégica del partido de Arrimadas que acabó, como se sabe, con el derrumbe electoral pocos meses más tarde, el 10 de noviembre. Las autonómicas de mayo de ese mismo año, sin embargo, se celebraron en un contexto muy distinto, ya que lo hicieron apenas dos meses después de las generales de abril, que marcan un hito histórico para Ciudadanos. Albert Rivera se quedó a 217.988 votos de Casado. Eran otros tiempos y Vox era solo un partido en auge.